Un influyente panel asesor federal rechazó por abrumadora mayoría un plan de Pfizer para ofrecer vacunas de refuerzo contra el COVID-19 a la mayoría de los estadounidenses, asestando un duro golpe a la pretensión del gobierno de Joe Biden de reforzar la protección de la población frente a la contagiosa variante delta.

La votación del comité de expertos externos reunidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos () fue de 16 a 12, y los miembros expresaron su frustración por el hecho de que había proporcionado pocos datos sobre la seguridad de las dosis adicionales. Muchos también plantearon dudas sobre el valor de los refuerzos masivos, en lugar de los dirigidos a grupos específicos.

En un movimiento extraordinario, el panel realizó una segunda votación por la tarde sobre la recomendación de las vacunas de refuerzo para los estadounidenses mayores y otros grupos de alto riesgo, y avaló las dosis adicionales para los estadounidenses de 65 años o mayores, y para personas con alto riesgo de desarrollar un cuadro grave de COVID.

Esto ayudaría a salvar parte de la campaña del gobierno, pero seguiría siendo un gran paso atrás respecto al plan radical propuesto por la Casa Blanca hace un mes de ofrecer vacunas de refuerzo tanto de Pfizer como de Moderna a casi todos los estadounidenses ocho meses después de haber recibido su segunda dosis.

Durante varias horas de enérgico debate el viernes, los miembros del panel cuestionaron el valor de ofrecer refuerzos a casi todo el mundo.

No creo que una dosis de refuerzo vaya a contribuir significativamente a controlar la pandemia”, dijo el doctor Cody Meissner, de la Universidad Tufts. “Y creo que es importante que el principal mensaje que transmitamos sea que tenemos que dar a todo el mundo dos dosis”.

La doctora Amanda Cohn, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, afirmó que “en este momento está claro que los no vacunados están impulsando la transmisión en Estados Unidos”.

Los miembros del panel también se quejaron de que los datos proporcionados por los investigadores israelíes sobre su campaña de refuerzo podrían no ser adecuados para predecir la experiencia estadounidense.