Políticos estadounidenses han expresado su furia por el manejo de la crisis del coronavirus de Pekín, pero se enfrentan a una dura realidad: Estados Unidos necesita desesperadamente de los suministros de China.
Antes de la crisis, el gigante asiático producía casi la mitad de las mascarillas importadas a Estados Unidos, que en tiempos normales cuestan menos de un dólar, pero ahora escasean en momentos en que se ha pedido a los estadounidenses usarlas cuando estén afuera.
China, que parece haber contenido su propio brote de coronavirus cuando el número de infectados en el mundo supera el millón desde que fue detectado por primera vez a fines del año pasado en Wuhan, es el primer proveedor de equipo de protección en todo el mundo.
“China es una fuente masiva de suministro de estos productos en un momento de increíble necesidad, tanto en Estados Unidos como a nivel mundial”, dijo Chad Bown, investigador del Instituto Peterson de Economía Internacional.
“Entonces, si no estás abierto a China y estás tratando de comprar estos artículos a China en este momento, realmente no tienes esperanza”, dijo.
Los fabricantes estadounidenses han redoblado el paso, con 3M y Honeywell aumentando la producción de máscaras a 70 millones al mes, pero eso está muy por debajo de las necesidades y el Departamento de Salud y Servicios Sociales está tratando de comprar 500 millones de máscaras para tener una reserva estratégica.
La crisis de salud ha impulsado un negocio para los fabricantes chinos de las llamadas máscaras N95, diseñadas para bloquear el 95% de las partículas muy pequeñas.
Dan Harris, un abogado de Seattle que representa a compañías en mercados emergentes, escribió en su blog que recientemente escuchó de tres compañías que fueron estafadas por más de un millón de dólares después de hacer pedidos de mascarillas N95 de China. Una firma recibió “máscaras de Halloween mohosas y polvorientas”.
Tensiones bilaterales
Bown no encontró evidencia en los primeros datos disponibles de que China haya cortado los suministros o los haya desviado a socios políticos, como Italia, que también se vio gravemente afectada.
Sus exportaciones de equipos de protección disminuyeron en los primeros dos meses del año, pero menos que las exportaciones totales, dijo el investigador.
Aún así, China suministra el 48% del equipo de protección personal importado a Estados Unidos y el 50% a la Unión Europea, según los cálculos de Bown.
"Cuando comienzas una guerra comercial con un país que deliberadamente antagonizas mientras aún dependes de ellos para ciertas cosas, de alguna manera te has hecho esto a ti mismo”, dijo el especialista del instituto Peterson.
El presidente Donald Trump ha pasado de arremeter contra Pekín a jactarse de la cooperación con el presidente Xi Jinping.
Trump, que ha impuesto aranceles a miles de millones de dólares de productos chinos desde que asumió el cargo, insinuó el miércoles que las cifras difundidas por China sobre el brote de coronavirus eran inferiores a las reales.
Parecía estar confirmando un informe de Bloomberg, que citaba a la inteligencia de Estados Unidos diciendo que China ha minimizado deliberadamente sus casos.
Foco en productos farmacéuticos
Yanzhong Huang, un experto en salud global del Consejo de Relaciones Exteriores y de la Universidad Seton Hall, dijo que la fabricación de mascarillas ha crecido en China por las mismas razones que muchas industrias de exportación: la producción es de baja tecnología y trabajo intensivo.
Potencialmente más problemático, dijo Huang, es el suministro de ingredientes farmacéuticos activos.
Una audiencia en el Senado estadounidense el año pasado reveló que más del 80% de los ingredientes clave de las drogas en el país se originaron en el extranjero, principalmente en China o India, que por el contrario tiene cálidas relaciones con el país.
Huang espera que después de la crisis Estados Unidos tomara acciones para acortar o diversificar la cadena de suministro de ingredientes farmacéuticos activos.
Pero también señaló que Estados Unidos domina en muchos medicamentos vitales, incluido el tratamiento de enfermedades no transmisibles de creciente preocupación en China.
“China tiene influencia, pero debemos tener en cuenta que no es un proceso unidireccional. Estados Unidos también tiene su propia influencia. No creo que sea prudente que ningún país use esto, realmente, como un arma”, dijo.
El senador Tom Cotton, un republicano que ha criticado a Pekín abiertamente, propuso una prohibición total de compras de ingredientes farmacéuticos activos de China en el 2022.
Para Bown, los países no deberían aspirar a la autosuficiencia en suministros médicos, sino más bien buscar un suministro global diverso.
“El punto es que, con una pandemia como esta, ningún lugar geográficamente está a salvo en ninguna parte del mundo”, dijo Bown.