Ahora que el efecto inicial de la vacunación ha desaparecido y la ayuda del gobierno a los estadounidenses se agota, la variante Delta proyecta una sombra cada vez mayor sobre la recuperación económica en Estados Unidos.
Con un saldo a la fecha de más de 36 millones de personas contagiadas de COVID-19 y 622,000 muertes, el mayor del mundo, Estados Unidos ve el golpe reflejado en su economía.
Las tendencias compensatorias aparentes en el último lote de informes oficiales y corporativos del martes mostraron la dificultad para predecir el camino de la economía más grande del mundo y los complicados cálculos que enfrenta la Reserva Federal (Fed, Banco Central) mientras reflexiona sobre cuándo suspender sus esfuerzos de estímulo.
Los cheques de estímulo del gobierno y los créditos fiscales por niños, junto con la ampliación de las campañas de vacunación en los últimos meses, habían levantado las esperanzas de que la economía estadounidense estuviera finalmente a punto de salir de la pandemia, pero el avance de la variante delta del coronavirus y el impacto cada vez menor de los pagos por ayuda están reduciendo el gasto.
Menos consumo del esperado
Según datos publicados el martes por el Departamento de Comercio, los estadounidenses consumieron mucho menos de lo esperado en julio. Su gasto se redujo un 1.1% respecto de junio.
Estos datos son importantes para evaluar la salud de la economía más grande del mundo, porque el gasto de los consumidores representa las tres cuartas partes del PBI y es el motor del crecimiento.
“La gente ha comido mucho en restaurantes y ha comprado dispositivos y electrodomésticos, pero eso es todo”, explica el economista Joel Naroff.
Ciertamente, la producción de automóviles, aún fuertemente desacelerada debido a la escasez de semiconductores y que está provocando una caída en picada de las ventas de automóviles nuevos, pesó mucho. Las ventas de autos cayeron 4.3%.
Pero las compras de ropa, así como equipos de construcción y jardinería, también están disminuyendo.
En cambio, las gasolineras están en buen momento, pero gracias al aumento del precio del combustible durante meses.
Miedo y menores ganancias
Hubo sin embargo entre los datos mejores ganancias de la cadena gigante minorista Walmart, lo que sugiere que los consumidores estadounidenses mantienen una base sólida, pero con una perspectiva menos eufórica en comparación con principios del verano boreal.
Los ingresos de Walmart aumentaron 2.4% a US$ 141,000 millones en el trimestre, aunque las ganancias cayeron 34% a US$ 4,300 millones respecto de igual trimestre del 2020. Así, sus ejecutivos elevaron las proyecciones de ventas y ganancias para todo el año en medio por mejores ventas de comestibles y mayor demanda en la temporada de “vuelta a las clases”.
“Los consumidores vuelven a tener un poco de miedo a medida que nos acercamos a otra posible ola de infecciones por COVID-19, pero han aprendido a convivir con el virus y las compras continúan”, opinó Jack Kleinhenz, economista jefe de la Federación Nacional de Minoristas, que aún espera un récord ventas en el 2021.
“La variante delta podría afectar los mercados locales, especialmente donde las tasas de vacunación son bajas, pero no parece probable que aparezca en los datos nacionales”, agregó en un comunicado de prensa.
Interrogantes y desafíos
Los analistas también señalaron los inconvenientes para los envíos de encomiendas y otros problemas de la cadena de suministro, así como el aumento de la inflación, como desafíos que enfrentan los minoristas, en medio de la abrupta caída de la confianza del consumidor.
También, consideraron que la moderación de las ganancias en las ventas no era sorprendente dados los enormes aumentos en los meses anteriores.
Neil Saunders, analista de GlobalData, predijo que los enormes aumentos de los meses anteriores “se convertirán en una cosa del pasado”, mientras que el inventario y la dotación de personal “serán los verdaderos puntos de presión”.
“Una gran pregunta es hasta qué punto la variante delta y la mayor inflación afectarán las ventas y durante cuánto tiempo”, expresó el economista Mickey Levy, de Berenberg Capital Markets, en un análisis.