La Casa Blanca rebajó este jueves las expectativas de prohibir la importación global de petróleo ruso en respuesta a la invasión de Ucrania porque elevaría los precios de la gasolina en Estados Unidos y el resto del mundo.
Así lo afirmó la secretaria de Prensa del Gobierno, Jen Psaki, después de que la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, pidiera este mismo jueves prohibir a nivel global la importación de petróleo ruso como represalia contra Moscú.
“No tenemos ningún interés estratégico en reducir el suministro global de energía porque elevaría los precios en las gasolineras para los estadounidenses y habría menos oferta”, dijo Psaki, quien sin embargo no cerró completamente la puerta a una futura prohibición.
La portavoz de la Casa Blanca subrayó que el interés del Gobierno estadounidense es “maximizar el impacto” de las sanciones económicas sobre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y “minimizarlo” sobre los estadounidenses y sus aliados.
Afirmó que los aliados occidentales ya han tomado medidas para “degradar” a Rusia como proveedor de energía al bloquear la construcción del gasoducto Nord Stream 2, además de que se está enviando gas natural licuado a Europa para “diversificar” sus fuentes de energía y no depender tanto de Moscú.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el miércoles que el veto a las importaciones estadounidenses de petróleo ruso no está “fuera de la mesa”.
Apenas el 7% de las importaciones estadounidenses de crudo y productos refinados de petróleo procedieron de Rusia en el 2020, según datos de la Administración de Información sobre Energía (EIA, en inglés).
No obstante, los precios del petróleo ya han subido en Estados Unidos debido a la negativa de algunas refinerías a comprar crudo de Rusia por temor a las sanciones estadounidenses, a raíz de la invasión rusa de Ucrania.
Mientras tanto, la Unión Europea importa el 41% de su gas natural y el 27% de su petróleo de Rusia, según Eurostat.