El presidente de la Reserva Federal (Fed) de Filadelfia, Patrick Harker, dijo que actualmente apoyaría tres aumentos de las tasas de interés este año, a partir de marzo, y que estaría abierto a más si la inflación empeora.
Los precios al consumidor en Estados Unidos subieron en diciembre, con el mayor incremento anual de la inflación en casi cuatro décadas, lo que ha consolidado las expectativas de que la Reserva Federal empiece a subir los tipos de interés ya en marzo.
En una entrevista con el Financial Times, Harker declaró que el banco central tiene pocas herramientas para combatir los problemas de la cadena de suministro que alimentan la inflación, pero que debería actuar para frenar parte de la demanda.
Las declaraciones de Harker hicieron eco del giro de la Fed hacia la lucha contra la inflación, un cambio que se consolidó en la reunión de diciembre, donde señaló tres subidas de tasas en el 2022.
A principios de esta semana, el presidente del banco central, Jerome Powell, reiteró la postura, diciendo que una política monetaria más estricta es necesaria para asegurar que la alta inflación no se “arraigue”.
También hizo comentarios similares el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, quien sugirió que la Fed tendrá que subir las tasas de interés al menos tres veces este año, empezando ya en marzo.
Tanto Bostic como Harker son este año miembros sin derecho a voto en el comité que decide las tasas de interés de la Fed.
Controlar la inflación
Controlar la inflación, que se ha disparado hasta casi un máximo de 40 años, es la “tarea más importante” a la que se enfrenta la Fed en estos momentos, dijo su gobernadora, Lael Brainard, en declaraciones preparadas para una audiencia en el Senado sobre su candidatura a la vicepresidencia del banco central estadounidense.
“Estamos asistiendo al mayor repunte del crecimiento y a la mayor reducción del desempleo de todas las recuperaciones de las últimas cinco décadas”, señaló en la declaración que pronunciará el jueves ante la Comisión de Banca del Senado.
“Pero la inflación es demasiado alta y los trabajadores de todo el país están preocupados por el alcance de sus sueldos. Nuestra política monetaria se centra en volver a situar la inflación en el 2%, al tiempo que se mantiene una recuperación que incluye a todos. Esta es nuestra tarea más importante”, enfatizó.
El testimonio de Brainard en una sesión que podría marcar el inicio de una contienda partidista más amplia y potencialmente amarga sobre la composición de los siete miembros del consejo de la Fed.
Sólo cuatro de esos puestos están cubiertos en este momento, y los nombramientos pendientes de Biden, incluido el de un segundo vicepresidente que supervise la regulación financiera, podrían impulsar lo que él y sus partidarios demócratas consideran que debería ser un mayor papel de la Fed en cuestiones climáticas y una mano más dura con Wall Street.
Brainard, una demócrata nombrada por primera vez para la Fed en el 2014 por el entonces presidente Barack Obama y confirmada en ese momento por una votación de 61-31, sería una jugadora prominente en ese esfuerzo.
Como gobernadora de la Fed fue un voto disidente frecuente contra las medidas tomadas durante la administración del ex presidente Donald Trump y bajo el presidente de la Fed, Jerome Powell, para aflojar la supervisión de los bancos más grandes.
También ha demandado que la Fed requiera que las firmas financieras reserven más capital y se preocupó de que los funcionarios de la Fed estuvieran detrás de los banqueros centrales europeos en la comprensión de cómo el cambio climático podría afectar la macroeconomía.