Un tribunal de Nueva York condenó al brasileño Jose Carlos Grubisich, antiguo jefe ejecutivo de la petroquímica Braskem, filial de la constructora Odebrecht, a 20 meses de cárcel por conspirar para desviar US$ 250 millones a un fondo opaco y pagar sobornos a funcionarios y políticos.
Asimismo, el tribunal federal de Brooklyn le impuso una multa de un millón de dólares y una indemnización de US$ 2.2 millones.
Entre el 2002 y 2014, Grubisich, de 64 años, entonces jefe ejecutivo y miembro del directorio de Braskem, participó en un esquema para sobornar a funcionarios del gobierno brasileño en violación de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA) de Estados Unidos.
El 15 de abril del 2021, Grubisich, que también ocupó otros cargos en la matriz Odebrecht, se declaró culpable de sobornos con el fin de garantizar un contrato para un importante proyecto de Petrobras, la compañía petrolera estatal de Brasil.
También admitió haber falsificado los libros contables de Braskem al registrar pagos a empresas fantasma offshore como pagos por servicios legítimos. Además, reconoció haber incumplido la normativa estadounidense sobre certificación contable que presentó a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC).
Grubisich y sus compinches desviaron unos US$ 250 millones de Braskem hacia un fondo opaco, que abrieron mediante contratos fraudulentos, y compañías en paraísos fiscales controladas en secreto por Braskem, según un comunicado del tribunal neoyorquino.
En diciembre del 2016, Braskem y Odebrecht se declararon respectivamente culpables ante el tribunal de Brooklyn de conspirar para violar la FCPA estadounidense. Braskem también llegó a un acuerdo con la SEC.
Entonces acordaron pagar multas por unos US$ 3,500 millones a autoridades de Estados Unidos, Brasil y Suiza para resolver casos de sobornos que incluían a varios países latinoamericanos.