Nuevos datos y estudios a nivel estatal en Estados Unidos muestran que un grupo de estados, en su mayoría liderados por republicanos, aún no logran el auge laboral esperado tras recortar los beneficios federales por desempleo en el verano boreal, si bien la pérdida del subsidio pareció llevar a algunos desempleados a aceptar trabajos.
Sin embargo, detrás de esa conclusión de base, también hay evidencia de numerosos matices en la reorganización de las diferentes categorías de empleo, que podrían influir en el desempeño de la economía en los meses críticos por venir.
Análisis separados publicados la semana pasada, utilizando diferentes datos y métodos, concluyeron que los 26 estados que recortaron un subsidio federal por desempleo de US$ 300 por semana registraron una ocupación más veloz de las vacantes, de hasta 6%, en relación a los 24 estados que planean seguir adelante con el programa hasta inicios de septiembre.
Sin embargo, los estados que disminuyeron los beneficios obtuvieron débiles resultados en conseguir que las personas regresaran a la fuerza laboral formal, ya que el crecimiento general del empleo en los dos grupos de estados fue casi idéntico en el periodo de mayo a julio.
En las encuestas de empleo regulares del gobierno federal, las personas se consideran desempleadas solo si están buscando trabajo; otros se consideran fuera de la fuerza laboral hasta que comienzan un trabajo o comienzan una búsqueda de empleo.
Si bien el fin de los beneficios federales suplementarios por desempleo puede haber motivado a las personas a aceptar trabajos en un grupo de estados, “en los estados que aún otorgan el subsidio el empleo aumentó en igual ritmo en ambas fases, tanto en la captación de trabajos como en el retorno a la fuerza laboral”.
Esto quiere decir que muchas personas que no habían estado buscando trabajo en absoluto el mes anterior habían comenzado una búsqueda y encontrado un puesto, escribió Jed Kolko, economista jefe de la firma de mercado laboral Indeed.
Economistas de Goldman Sachs llegaron a una conclusión similar.
Aunque ninguno ofreció una explicación completa de por qué esa diferencia puede haber surgido entre los dos grupos de estados, el hallazgo podría ser una luz roja para el objetivo de creación de empleo este otoño boreal si los casos de coronavirus continúan aumentando.
Las autoridades de la Reserva Federal y otros funcionarios esperan mejorías sólidas en el empleo en los próximos meses a medida que las escuelas reabren, la vida cotidiana vuelve a la normalidad y los beneficios federales adicionales por desempleo expiran en todo Estados Unidos.
Los argumentos sobre la necesidad de que esos beneficios extraordinarios continúen surgieron en la primavera boreal, cuando la tasa nacional de casos de coronavirus se hundió gracias a las campañas de vacunación, con lo que las ofertas de trabajo se dispararon y los empleadores empezaron a quejarse de que tenían problemas para lograr que las personas retornen a sus puestos.
El estudio de Goldman Sachs señaló que el recorte en los beneficios pareció tener mayor impacto en los trabajadores con salarios más bajos en la industria de entretenimiento y hostelería, una conclusión evidente porque el subsidio federal semanal es en proporción más alto que el sueldo que recibirían por regresar al trabajo.
Sin embargo, esos trabajos también son los más susceptibles si el aumento de las infecciones de COVID-19 cambia la disposición de las personas a emplearse en servicios que requieren de un “contacto estrecho”.