La variante delta del coronavirus amortiguó la confianza del consumidor y llevó a los economistas a rebajar sus previsiones de crecimiento del tercer trimestre a medida que la actividad económica se ralentiza.
La variante delta del coronavirus amortiguó la confianza del consumidor y llevó a los economistas a rebajar sus previsiones de crecimiento del tercer trimestre a medida que la actividad económica se ralentiza.

La confianza del consumidor estadounidense aumentó levemente a principios de setiembre, pero se mantuvo cerca de un mínimo de casi una década, mientras que las condiciones de compra de bienes domésticos duraderos se deterioraron a su peor nivel desde 1980 debido a los altos precios.