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Las muertes en Estados Unidos por COVID-19 superaron las 700,000 el viernes, según datos de la Universidad Johns Hopkins, una cifra que equivale aproximadamente a la población de la ciudad de Washington.
El sombrío indicador señala un promedio superior a los mil muertos por día en un país donde el 57% de la población está completamente vacunada, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Después de una muy criticada respuesta temprana a la pandemia, Estados Unidos desplegó una efectiva campaña de vacunación que, sin embargo, se topó con el rechazo de muchos ciudadanos a inmunizarse.
Actualmente, suma 700,258 muertes, la mayor cantidad en el mundo por país y muy por delante de otros con tasas altas como Brasil e India. El rebrote es atribuido a la altamente contagiosa variante delta de virus.
Aunque la última ola mundial de coronavirus llegó a su máximo en agosto, igualmente se sigue propagando; especialmente en Estados Unidos.
La vacunación iniciada en diciembre en Estados Unidos alcanzó su mayor velocidad en abril, pero se ha desacelerado considerablemente.
El uso de mascarillas sigue siendo objeto de debate político y divide a los estadounidenses. Varios gobernadores republicanos, como los de Texas y Florida, procuraron prohibir la obligación de usarlas basándose en el respeto a las libertades individuales.
En cambio, en California, un estado gobernado por los demócratas, se anunció el viernes la vacunación obligatoria de todos los estudiantes.
En Washington, cientos de miles de banderas blancas fueron colocadas en el césped del National Mall, cerca de la Casa Blanca, en recordación a los muertos por el COVID-19 en Estados Unidos.
Cerca de 4,8 millones murieron en el mundo desde que el COVID-19 apareció en China en diciembre de 2019, según datos de AFP basados en cifras oficiales.
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