(Foto: Bloomberg)
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El aumento de los precios en centrará la reunión de martes y miércoles de la aunque no se espera que reduzca su apoyo a la economía hasta que constate mejoras en materia de empleo.

Autos, casas, gasolina, ropa y una amplia gama de productos se encarecieron para los estadounidenses.

Sin embargo, se espera que el presidente de la Fed, mantenga la política monetaria argumentando que el alza de precios sólo será temporal. Desde hace varios meses, aparta los fantasmas de la inflación desbocada de los años 70.

“Los funcionarios de la Fed seguirán anticipando que el actual desequilibrio entre la oferta y la demanda se resolverá en los próximos meses”, prevé Kathy Bostjancic, de Oxford Economics.

Los precios subieron 5% en mayo en comparación con el año pasado, según el índice IPC. Aunque el aumento es muy marcado, se debe en gran medida al efecto de comparación con los precios que habían bajado en la primavera del 2020.

La Fed utiliza otra índice, el PCE, para medir la inflación, que en abril un aumento de 3.6% interanual, su mayor alza desde el 2007.

Empleo

La Fed vigila muy de cerca la inflación, aunque es poco probable que decida esta semana reducir su apoyo a la economía estadounidense.

De hecho, el país aún está lejos de haberse recuperado totalmente de la crisis provocada por la pandemia de y de alcanzar el objetivo de empleo de la Fed. Un endurecimiento demasiado rápido pondría en peligro una recuperación sostenible, especialmente en el mercado laboral.

La tasa de desempleo bajó a 5.8%, pero sigue estando muy por encima del 3.5% registrado previo a la crisis. Además, todavía hay un déficit de 7.6 millones de puestos de trabajo con respecto a ese periodo.

“Nadie sabe si la gente va a volver a trabajar o no”, indicó Omari Swinton, profesor de economía de la Universidad de Howard, quien subrayó que “asegurarse de que la recuperación del empleo sea sólida es más importante que la inflación”.

Paradójicamente, las empresas estadounidenses enfrentan dificultades para contratar, sobre todo en los puestos de menor categoría, por lo que están subiendo los salarios de esos empleos para atraer candidatos, lo que mantiene la inflación.

Probablemente, la Fed “no subirá las tasas de interés. Pero tendrá que empezar a pensar en otras formas de afrontar” este problema, añadió el economista.

Es probable que las tasas de interés a un día, que se redujeron a un rango del 0% al 0.25% en marzo del 2020, se mantengan en este nivel durante algún tiempo. Cada miembro de la comisión dirá cuándo cree que es oportuno revisarlas: en marzo, cuatro de ellos plantearon una suba para el 2022 en lugar de en el 2023, y uno de ellos propuso subirlas en diciembre.

Estrategia a futuro

Sin embargo, los 11 miembros del comité monetario podrían empezar a pensar la estrategia a futuro, ahora que la recuperación está encaminada y ante el aumento de los precios.

En su última reunión, a finales de abril, algunos plantearon, por primera vez, empezar a discutir una reducción en las compras de activos, para evitar un recalentamiento.

La Fed compra cada mes activos por US$ 120,000 millones, incluidos bonos del Tesoro, para facilitar el crédito, apoyar la recuperación e influir en las tasas de interés a la baja.

Kathy Bostjancic prevé “una reducción gradual a partir de principios del 2022” antes de empezar a subir las tasas en el 2023.

La Fed también revisará sus previsiones económicas. En marzo, esperaba un crecimiento del PBI de 6.5% en el 2021 y de 3.3% en el 2022.

También se mostró más optimista sobre la tasa de desempleo que en sus anteriores previsiones, publicadas en diciembre: 4.5% este año, 3.9% en el 2022, 3.5% en el 2023, es decir, el nivel anterior a la crisis, el más bajo en 50 años.

Y para la inflación, prevé un 2.4% en el 2021, antes de estabilizarse en torno al 2%, en línea con su objetivo a largo plazo.