El cerco judicial sobre los negocios del expresidente estadounidense Donald Trump sigue estrechándose en Nueva York con la convocatoria de un gran jurado para estudiar posibles imputaciones, en una señal de que los fiscales consideran que pueden tener material suficiente para llevar al magnate o a algún colaborador ante la Justicia.
La reunión del gran jurado, que adelantó este martes The Washington Post, apunta a que la Fiscalía ve posibles delitos y aspira a presentar cargos como resultado de las investigaciones que desarrolla desde hace más de dos años en torno a la Organización Trump.
Las pesquisas que lidera el fiscal del distrito de Manhattan, Cyrus Vance, abarcan posibles fraudes fiscales, de seguros y otros delitos de alcance penal, supuestamente cometidos antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Estos podrían incluir tasaciones infladas, desgravaciones sin justificación y contabilidad duplicada para, a la postre, no pagar o pagar muy pocos impuestos durante años, según ha ido trascendiendo.
Vance consiguió un gran triunfo el pasado febrero, cuando logró acceso a años de declaraciones de impuestos de Trump tras una larga batalla legal en la que el Tribunal Supremo terminó por rechazar los argumentos del expresidente para que esos documentos se mantuvieran confidenciales.
El fiscal, además, ha estado investigando los pagos secretos de dinero que la campaña electoral de Trump hizo a la actriz porno Stormy Daniels para evitar que hiciera pública una supuesta relación sexual con el entonces candidato a la Presidencia, dado que podrían infringir la legislación del estado de Nueva York.
La semana pasada, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, que desarrollaba en paralelo una investigación civil en torno a la empresa de Trump, anunció que se sumaba a la vía criminal abierta por Vance.
Papel del gran jurado
Hasta el momento, la Fiscalía había venido utilizando a un gran jurado investigador para requerir declaraciones y documentos, pero ahora ha reunido a un gran jurado especial, que puede estudiar posibles imputaciones.
El gran jurado fue convocado recientemente con un mandato de seis meses, durante los cuales se reunirá tres veces por semana, y es probable que escuche también otros casos, según han apuntado varios medios, cuya información no ha sido confirmada de forma oficial por las autoridades.
El movimiento, sin embargo, no implica necesariamente que se vayan a presentar cargos, según subrayan expertos como el exfiscal federal Daniel Goldman, que en declaraciones a la CNN opinó que el caso contra Trump es de hecho un caso “difícil”.
“Los casos de fraude son complicados”, apuntó Goldman, que consideró poco probable que haya pruebas físicas de que Trump estuviera al corriente de posibles irregularidades y que, por ello, ve fundamental la posible cooperación de alguno de los principales responsables de su empresa.
En ese sentido se considera clave la posible imputación de Allen H. Weisselberg, desde hace décadas jefe financiero de la Organización Trump, a quien se le han requisado documentos en el marco de la investigación y, que según algunos medios, sería el principal objetivo de los fiscales de cara a contar con alguien que testifique contra el expresidente.
“Caza de brujas”
Trump siempre ha negado los posibles delitos que se investigan y desde el primer momento ha defendido que se trata de un componente más de una “caza de brujas” en su contra, un mensaje que reiteró tras conocerse la convocatoria del gran jurado.
“Esta es una continuación de la mayor Caza de Brujas en la historia de Estados Unidos. Empezó el día que bajé por las escaleras mecánicas de la Torre Trump y nunca se ha detenido”, dijo en referencia al día en que lanzó su campaña a la Casa Blanca.
“Esto es puramente político y una afrenta a los casi 75 millones de votantes que me apoyaron en las elecciones presidenciales, y está siendo impulsado por fiscales demócratas muy partidistas”, señaló Trump en un comunicado.
Tanto Vance como James son, efectivamente, fiscales demócratas y operan en un estado donde el apoyo político al republicano es mínimo, a pesar de que Trump es originario de Nueva York y siempre ha tenido allí la sede de sus negocios.
La investigación en torno al exmandatario es uno de los grandes casos impulsados en los últimos años por Vance, que tiene previsto retirarse a finales de este año.
El periodo de seis meses por el que se ha convocado al gran jurado coincide casi a la perfección con el tiempo que el fiscal permanecerá en el cargo, por lo que está por ver si tratará de cerrar un capítulo con la presentación de cargos o si el dossier quedará en manos de su sucesor, que aún debe ser elegido en una disputada carrera electoral.