Un candidato al Congreso estadounidense recita un rap anti-Joe Biden en su gigantesco césped marcado con un “TRUMP 2020″: la nueva temporada electoral que comienza revela el avance de los extremos en la política dentro de Estados Unidos.
Para bloquearle a James Richard (J.R.) Majewski, candidato detrás de este video electoral y respaldado por el expresidente Donald Trump (2017-2021), sus pretensiones de ganar la investidura del Partido Republicano, la clase dirigente conservadora lo intentó todo en vano, incluso financiar con cientos de miles de dólares la campaña de los rivales de este exefectivo de la Fuerza Aérea.
Desde principios de mayo, en el lanzamiento oficial de las elecciones primarias de medio mandato que determinarán si habrá equilibrio de fuerzas políticas en Estados Unidos para los próximos años, la inmensa mayoría de los candidatos respaldados por el magnate republicano ganaron sus instancias para tristeza de los conservadores más moderados, quienes están preocupados al ver las ideas más centristas y la búsqueda de compromisos morir lentamente.
Por ejemplo, en el estado de Carolina del Sur (sureste), una candidata respaldada por Trump que había pedido la disolución del Ministerio de Educación, la destitución del presidente demócrata Joe Biden y el encarcelamiento del asesor de la Casa Blanca para el covid-19, tiene posibilidades de reemplazar a la legisladora Nancy Mace.
Mace ha sido repudiada por el expresidente desde que le acusó de ser responsable del trágico ataque de cientos de sus partidarios contra el Capitolio -sede del Congreso en Washington-, el 6 de enero del 2021.
Y en Pensilvania (noreste), el senador local Doug Mastriano, quien asegura que la elección presidencial del 2020 ganada por Biden le fue “robada” a Trump y además trató de ayudar al multimillonario republicano a demostrarlo, obtuvo el martes la nominación de su partido para buscar en noviembre el cargo de gobernador de ese estado.
“Socialista”
Al otro lado del tablero de ajedrez político, ideas hasta ahora tabúes de mencionar como el socialismo - que para muchos estadounidenses aún evoca el espectro de la Guerra Fría - fluyen viento en popa.
Nuevamente en Pensilvania, una demócrata que se autodefine abiertamente como “socialista” encabezaba el jueves la carrera por obtener la investidura de su partido para un asiento en la Cámara de Representantes (Baja).
Summer Lee recibió durante su campaña el respaldo de los “Justice Democrats”, el grupo que impulsó en el 2018 la elección de una de las estrellas de su partido, la joven progresista de origen hispano Alexandria Ocasio-Cortez.
La congresista por el estado de Nueva York cuenta con 8.5 millones de seguidores en la red Instagram y es la más conocida del grupo de demócratas llamado el “Squad” (Escuadrón), que trata de llevar lo más posible el perfil de su partido hacia la izquierda.
En su cuenta de Twitter, “AOC” no duda en denunciar por su nombre a los representantes más centristas del partido y respaldar a las candidaturas de tono progresista en su contra.
Con un fuerte alcance, esta franja demócrata es susceptible de ganar asientos e influencia durante las elecciones legislativas de noviembre.
“Prima al vencedor”
Un análisis del Pew Research Center revela que demócratas y republicanos están más alejados políticamente hoy que en cualquier otro momento de los últimos 50 años, en medio de una desintegración gradual de la base de centro.
En 1972, 144 republicanos miembros de la Cámara de Representantes eran considerados menos conservadores que el demócrata más conservador, en tanto 52 demócratas eran vistos como menos liberales que el republicano más liberal.
Pero según el centro de análisis, esta área común comenzó a desvanecerse con los años hasta desaparecer completamente en el 2002, poco después de la elección como presidente de George Bush hijo (2001-2009).
El Common Ground Committee, una organización que milita por reducir los déficits de civismo en la política local, asegura haber observado también un endurecimiento del discurso partidario tras la crisis económica del 2008.
“Estamos en una situación cada vez más descarnada, provocada por una mentalidad de ‘primero el vencedor’ en el Congreso, lo cual desmotiva fuertemente a quienes buscan compromisos transpartidarios”, declaró Bruce Bond, cofundador de ese grupo, para quien todo se ve exacerbado por cadenas de información “ultrapolarizadas”.
Obviamente, el dinero también influye, resalta la consultora política Zee Cohen-Sanchez: “Nuestras elecciones se volvieron extraordinariamente costosas, así que la gente busca obtener dinero rápidamente más que recolectar fondos de los estadounidenses ordinarios”, estima.
Según ella, eso lleva a los candidatos a tomar posiciones controvertidas que atraen la atención y generan fondos. “Y allí es cuando esto se vuelve peligroso”, alerta la politóloga.