La economía de Estados Unidos podría enfrentar más ejecuciones hipotecarias y bancarrotas de empresas en el otoño e invierno boreal si hay un aumento en las infecciones y no se produce una nueva ayuda fiscal, condiciones que podrían dificultar que consumidores y compañías accedan al crédito, dijo presidente de la Reserva Federal (Fed) de Boston, Eric Rosengren.
Los bancos comunitarios y regionales podrían quedar especialmente bajo presión si hay un aumento en la morosidad en los préstamos de bienes raíces comerciales, en momentos en que las empresas tienen dificultades para mantenerse funcionando, afirmó.
“Creo que el desafío es que es muy probable que enfrentemos un problema de crisis crediticia a medida que nos acercamos a fines de este año”, dijo.
Agregó que su panorama es más pesimista que la proyección mediana compartida por otros miembros del Comité Federal de Mercado Abierto, que estima que la tasa de desempleo baje al 7.6% este año y que la economía se contraiga un 3.7% en el 2020.
Un alza en las infecciones podría llevar a un declive más pronunciado de la actividad si algunas partes del país implementan nuevos cierres o si los consumidores optan por quedarse en casa por miedo, aseguró Rosengren.
Un crecimiento más lento también podría hacer que la inflación se acelere más lentamente de lo previsto, lo que requeriría que la Fed mantenga las tasas de interés cercanas a cero durante más tiempo, según Rosengren.
Con la pandemia prolongándose más de lo esperado, se necesita más ayuda fiscal para mantener a flote las empresas y los hogares, agregó. Algunas empresas que tomaron prestado en el mercado de bonos corporativos antes de la crisis ahora pueden enfrentar problemas para pagar esa deuda, dijo.