Las autoridades sanitarias de Estados Unidos sopesan ofrecer nuevas vacunas de refuerzo contra el COVID-19 este otoño que han sido modificadas para adaptarse mejor a las mutaciones del coronavirus.
Moderna y Pfizer han probado inyecciones actualizadas contra la contagiosa variante ómicron, y los asesores de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) debatirán el martes si es momento de hacer un cambio, preparando el escenario para que otros países adopten medidas similares.
“Esto es ciencia en su máxima expresión”, dijo el jefe de vacunas de la FDA, el doctor Peter Marks, y agregó que se espera una decisión final pocos días después de la recomendación del panel asesor.
Las vacunas actuales contra el COVID-19 salvaron millones de vidas en todo el mundo en tan solo su primer año de uso. Y las inyecciones de Moderna y Pfizer aún ofrecen una fuerte protección contra los peores resultados —enfermedad grave y muerte—, especialmente después de un refuerzo.
Pero esas vacunas van dirigidas contra la cepa original del coronavirus y entre la disminución de la inmunidad y un aluvión implacable de variantes, la protección contra las infecciones se ha reducido notablemente. El reto es decidir si los refuerzos modificados ofrecen una buena oportunidad de mitigar otra oleada cuando no hay forma de predecir cuál mutante será la amenaza principal.
En un análisis preparado para la reunión del martes, los funcionarios de la FDA reconocieron que combatir la versión de ómicron del invierno pasado está “un tanto desactualizado”, ya que ha sido reemplazada por parientes aún más contagiosos.
“Obviamente nos gustaría hacerlo lo suficientemente bien”, dijo Marks, a fin de que con una inyección más “tengamos una temporada completa de protección”.
Muchos expertos dicen que los refuerzos actualizados prometen al menos un poco más de beneficio.
“Es más probable que sea más útil” que simplemente administrar dosis adicionales de la vacuna actual, dijo el epidemiólogo William Hanage de la Facultad T.H. Chan de Salud Pública de Harvard.
Eso, asumiendo que el virus no sufre más modificaciones.
“Estamos siguiendo en lugar de estar por delante, lo cual es muy molesto —que no hayamos podido tener una mejor vacuna a prueba de variantes”, dijo el doctor Eric Topol, director del Instituto Traslacional de Investigación Scripps, quien ha instado a un impulso importante del gobierno para las inmunizaciones de próxima generación.
Además de la preocupación sobre una ola de contagios de COVID-19 en el invierno, aproximadamente la mitad de los estadounidenses elegibles para esa primera dosis de refuerzo nunca la recibieron. Una versión actualizada podría atraer a algunos de ellos.