Estados Unidos desclasificó este viernes un explosivo informe de inteligencia que revela que el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, autorizó “capturar o matar” al periodista Jamal Khashoggi.
El príncipe, heredero del rey Salmán y gobernante de facto del reino, “aprobó una operación en Estambul, Turquía, para capturar o matar al periodista saudí Jamal Khashoggi”.
Khashoggi era crítico con el reino y se afincó en Estados Unidos tras caer en desgracia con el príncipe heredero.
En octubre del 2018 entró al consulado de Arabia Saudita en Estambul para pedir un certificado para casarse con su prometida.
Según las autoridades turcas fue asesinado en la sede diplomática el 2 de octubre por un escuadrón de 15 sauditas que primero lo estrangularon y luego desmembraron su cuerpo. Sus restos nunca fueron encontrados.
El informe, de hace dos años, que fue divulgado este viernes de forma parcial por el gobierno del presidente Joe Biden, señala que dada la influencia del príncipe heredero, es “altamente improbable” que el asesinato del periodista ocurriera sin una luz verde de su parte.
“El príncipe heredero ve a Khashoggi como una amenaza para el reino y en términos generales apoyó el uso de medidas violentas para silenciarlo”, indica el informe.
Tras la desclasificación, Estados Unidos anunció sanciones contra decenas de sauditas relacionados con la muerte Khashoggi, que era colaborador del diario The Washington Post, y anunció que prohibirá el ingreso de personas que amenacen a disidentes en sus países.
“Hemos dejado claro que las amenazas extraterritoriales y los ataques de Arabia Saudita contra activistas, disidentes y periodistas tienen que terminar. No van a ser tolerados por Estados Unidos”, afirmó el jefe de la diplomacia Antony Blinken en un comunicado.
La publicación del informe se produjo tras una conversación telefónica entre Biden y el rey Salmán, después de que la Casa Blanca señaló que el presidente tendrá como interlocutor al monarca y no a su heredero.
En la conversación, Biden recalcó el compromiso para “ayudar a Arabia Saudita a defender su territorio frente a los ataques de grupos aliados con Irán”, pero también reafirmó la importancia que su país otorga a los derechos humanos.
Una cita aciaga
El experimentado periodista de 59 años vivía en Virginia pero las autoridades sauditas le dijeron que debía desplazarse al consulado de Estambul si quería obtener una serie de documentos para casarse con su prometida turca, Hatice Cengiz.
Allí fue asesinado por un escuadrón comandado por un cercano exasesor del príncipe Mohammed, Saud al Qahtani.
Un mes después del asesinato, la CIA concluyó con gran seguridad que el príncipe heredero había ordenado el asesinato, según el diario The Washington Post.
Sin embargo, el entonces gobierno de Donald Trump, que estaba decidido a mantener un estrecho vínculo con Riad, se negó a responsabilizar públicamente al líder saudita, pese a que pidió que los responsables fueran castigados.
El informe desclasificado indica que 15 personas fueron enviadas a Turquía para la operación contra Khashoggi, incluyendo miembros de la guardia de elite para la protección del príncipe Mohamed, la brigada de intervención rápida.
Estados Unidos anunció este viernes sanciones contra esta brigada.
Según el diario The Washington Post, la inteligencia estadounidense también descubrió rastros de una llamada del príncipe heredero a su hermano Khalid bin Salmán, embajador saudita ante Washington. En la conversación, Mohamed le dio instrucciones para llevar a Khashoggi a Estambul.
“Una parodia de la justicia”
Pocos observadores creen que un asesinato de este tipo podría haber ocurrido sin la anuencia del príncipe Mohamed, dado que el gobernante ha encarcelado a numerosos críticos y a facciones de su propia familia.
Bajo las fuertes presiones de Estados Unidos y de la comunidad internacional, el gobierno saudita enjuició a algunos de los perpetradores.
En el proceso a puerta cerrada fueron exonerados dos altos mandos considerados como los autores intelectuales: Qahtani y el entonces subdirector de los servicios de inteligencia Ahmad al Asiri. Ambos forman parte del círculo más íntimo del príncipe y este viernes Estados Unidos anunció sanciones contra al Asiri.
Cinco personas que no fueron identificadas recibieron condenas a muerte y otras tres fueron sentenciadas a duras penas de prisión. Pero nueve meses después, las sentencias de muerte fueron reemplazadas con penas de 20 años de cárcel.
Amnistía Internacional y Reporteros Sin Frontera calificaron el proceso como una “parodia de la justicia”.