Cuando Estados Unidos impuso la vacunación obligatoria contra el COVID-19 para la fuerza laboral, hubo quien avizoró despidos masivos y otro golpe a la ya precaria recuperación económica. Pero, contrario a esto, estas medidas parecen estar rindiendo frutos.
Aunque aún dividen al país, los decretos pro-vacunas han contribuido para elevar la inmunización de Estados Unidos contra la pandemia.
“Hasta ahora esto ha probado ser la estrategia más efectiva para superar la resistencia a las vacunas”, dijo el doctor Bradley Pollock, director del departamento de Salud Pública de la Universidad de California, en Davis, citado por el diario Sacramento Bee en octubre. “Es más que bueno, es muy bueno”.
Cerca de 58% de la población de Estados Unidos se ha inmunizado hasta noviembre. Esto representa un aumento desde agosto, cuando comenzaron a anunciarse los decretos.
El gobierno del presidente Joe Biden fijó el 4 de enero como plazo para los empleados de las grandes compañías para estar totalmente vacunados, medida que creen afectará a más de dos tercios de la fuerza laboral estadounidense.
“La vacunación es el mejor camino para salir de esta pandemia”, dijo Biden.
“Estoy pidiéndole a los empleadores que actúen. Las empresas tienen más poder que nunca para acelerar nuestra salida de esta pandemia, para salvar vidas y proteger nuestra recuperación económica”, agregó.
Sector privado
Estos decretos se suman a los anunciados por algunos grandes empleadores, como la aerolínea United Airlines que informó a su nómina de 67,000 personas en Estados Unidos, que deberían inmunizarse. Caso contrario, podrían perder empleo.
Hasta este jueves, unos 2,000 habían solicitado excepciones médicas o religiosas. Pero la mayoría de los empleados se vacunó.
Tyson Foods, una de las mayores compañías procesadoras de pollo y carne del mundo, anunció en agosto que todos sus 120,000 empleados tendrían que vacunarse.
Ahora cerca de 96% de la nómina está inmunizada, reportó el diario New York Times.
Las Fuerzas Armadas, cuyo personal activo fue instado a vacunarse o enfrentar las consecuencias, alcanzó un 95% de inmunización en todas sus ramas.
En su mayoría, los trabajadores quieren ser vacunados y están de acuerdo con las medidas. La AFL-CIO -la mayor central obrera de Estados Unidos- afirma que se trata de “un paso en la dirección correcta”.
Resistencia
Quienes se oponen lo hacen más contra la imposición de la vacunación, más que contra la vacunación en sí.
Esto se percibe con fuerza en los cuerpos policiales, a pesar de los estragos que el virus ha causado en ellos.
Más de 260 policías han muerto a causa del coronavirus este año, cinco veces la cantidad de oficiales que han muerto baleados, de acuerdo con el portal que registra las muertes en el cumplimiento del deber.
El sheriff del condado de Los Ángeles, Alex Villanueva, dijo esta semana que apenas 43% de sus oficiales se han vacunado, y pidió a sus jefes que suspendan la medida que impone despedir a quienes no se inmunicen.
“Tristemente”, señaló Villanueva, el decreto está “afectando nuestra capacidad de proveer servicios de seguridad pública”.
En Chicago, miles de policías se arriesgan a ser colocados en un permiso no remunerado por negarse a informar si han sido vacunados o no.
Los policías de la ciudad de Nueva York componen cerca de la mitad de los empleados locales que han solicitado les sean concedidas excepciones religiosas o médicas.
Ninguna religión ha impedido a sus creyentes de tomar una vacuna que los científicos aseguran es segura y efectiva.
Aunque hay más resistencia entre profesiones más inclinadas al conservadurismo, es posible encontrar oposición en todos los sectores.
Caleb Macy, que trabaja en un departamento de la Nasa, era uno de los varios empleados que esta semana protestaron en un laboratorio en California.
Macy podría perder su trabajo si no está inmunizado para el 8 de diciembre - plazo para los empleados que pertenecen a la esfera federal - y si no recibe la excepción religiosa que solicitó.
Pero él dice que está preparado. “Nunca me voy a vacunar. Porque una vez que me dicen que tengo que, hasta ahí llego yo. Cuando te obligan, deja de ser una opción”, opina.
Macy afirma que no aceptaría lo que él llamó de “vacuna experimental” bajo ninguna circunstancia.
“No es tu mamá”
Quienes se resisten a vacunarse están recibiendo apoyo de políticos de derecha que no ahorran en sustantivos para descalificar estas medidas llamándolas desde una “extralimitación” hasta una “dictadura”.
A pesar de la enorme evidencia científica sobre su seguridad y eficacia, las vacunas y otras medidas para evitar la propagación de la pandemia -como el uso de máscaras- siguen siendo cuestionadas por dirigentes del partido Republicano, en la más reciente cara de la guerra cultural en Estados Unidos.
Jeremy Boreing, fundador y director ejecutivo de la publicación de derecha The Daily Wire, dijo que su compañía no impondría el cumplimiento de este tipo de normativas, y que los enfrentaría en los tribunales.
“Joe Biden no es tu mamá. El gobierno no es tu mamá, y claro que tu empleador no es tu mamá. Hemos buscado apoyo legal y estamos preparados para ir a la batalla contra este gobierno y acabar con sus mentiras”, manifestó.