El equipo de respuesta contra la pandemia del gobierno de Estados Unidos admitió que pasarán semanas, al menos entre dos y cuatro, hasta contar con información suficiente sobre la nueva variante del COVID-19, ómicron, su capacidad de transmisión y su agresividad.
Por eso, tanto el epidemiólogo principal de la Administración, Antony Fauci, como la directora de los Centros de Control de Enfermedades (CDC, en inglés), Rochelle Walensky, y el coordinador de la respuesta de la Casa Blanca a la pandemia, Jeff Zients, insistieron en recomendar a los estadounidenses que se pongan el refuerzo de la vacuna o la primera dosis de esta, si es que aún no se han inoculado.
Además, defendieron la eficacia de las medidas de protección que tiene el país en vigor ante la llegada de viajeros en un momento como el actual, aunque admitieron que si es necesario se cambiarán.
Cualquier dato sobre la capacidad de transmisión o la gravedad que provoca el contagio por la variante ómicron es en este momento puramente “especulativo” en palabras de Fauci.
El epidemiólogo principal de la Administración presidida por Joe Biden explicó, en este sentido, que hay que esperar que instituciones como los CDC y los Institutos Nacionales de Salud (NIH, en inglés) analicen la nueva variante para poder determinar su severidad.
En dos o cuatro semanas, incluso antes, se prevé que se vaya sabiendo más sobre ómicron, aunque sí recalcó que, de momento, según los datos compartidos por otros países, los contagiados por esta variante no presentan síntomas inusuales.
Los tres expertos insistieron en que la vacuna es en este momento la mejor protección.
Fauci apuntó que la vacuna y sobre todo su refuerzo dan un “alto nivel de anticuerpos” y por tanto de protección. De ahí su insistencia en que los ciudadanos se lo pongan.
La directora de los CDC, por su parte, hizo un nuevo llamamiento a los 45 millones de personas que aún no se han vacunado. “Ahora es el momento”, dijo.
Walensky consideró “robustas” las normas en vigor para los viajeros que llegan al país, y recordó que todos tienen que mostrar un test negativo, se hayan o no vacunado. Pero además recordó los puntos de detección que hay en los principales aeropuertos internacionales.
El gobierno no descarta, no obstante, que pueda haber cambios.
“En términos de restricciones de viaje aprenderemos más sobre la variante en poco tiempo, su transmisibilidad y severidad”, dijo Zients, quien añadió que según los datos que se obtengan el equipo médico dará una recomendación sobre si hay que hacer modificaciones.