Los funcionarios de salud pública de Estados Unidos están ampliando su monitoreo de COVID-19 en las aguas residuales, lo que se ha convertido en una alerta temprana crucial para las oleadas de nuevos casos.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) comenzaron esta semana a compartir tendencias del virus en aguas residuales en su sitio web de datos del COVID. Y la agencia está expandiendo la cantidad de lugares desde los cuales se monitorean las aguas residuales para detectar oleadas crecientes o decrecientes de enfermedades y agregará cientos de nuevos sitios en los próximos meses.
La lucha de EE.UU. por hacer seguimiento al COVID en tiempo real ha sido una de las mayores frustraciones de la pandemia. Al principio, las capacidades de prueba eran solo una fracción de lo que se necesitaba. Las pruebas en el hogar, ahora más abundantes, en su mayoría no se informan a las autoridades de salud. E incluso cuando los departamentos de salud locales y los proveedores de atención médica obtienen los datos, consolidarlos para el análisis en tiempo real ha sido un desafío.
Pero los datos siguen fluyendo en las aguas residuales y las alcantarillas.
Prestar atención a esos datos puede alertar a los funcionarios de salud para que preparen equipos de emergencia médica, envíen unidades móviles de prueba y organicen los suministros adecuados. También es una herramienta útil para que los funcionarios de salud ayuden a confirmar lo que ven de otras fuentes.
“La ventaja que tiene la vigilancia de aguas residuales es que no depende del comportamiento humano, más allá de usar el baño”, dijo Amy Kirby, líder del programa del Sistema Nacional de Vigilancia de Aguas Residuales de los CDC. “A medida que cambia la dinámica de la pandemia, sigue siendo una medida precisa”.
Cuando el SARS-CoV-2 llegó a EE.UU., los investigadores estadounidenses comenzaron a monitorear las aguas residuales para detectar la presencia del virus, preocupados por la propagación a través de las alcantarillas. Afortunadamente, no ha habido evidencia de eso con este brote.
Pero condujo a una herramienta de monitoreo útil: el virus de las personas con COVID-19 se puede detectar en sus heces al principio del curso de una infección, dijo Kirby, a veces antes de que den positivo con un hisopo nasal. Eso puede proporcionar una alerta temprana cuando comienza una ola de infecciones.
No obstante, los datos tienen límites. Pueden informar a los funcionarios de salud si la tendencia de los casos en la comunidad está aumentando o disminuyendo, a menudo días antes de los resultados de las pruebas de hisopado nasal. Pero no puede decir quién está enfermo o cuántos casos hay.