El estado de California (Estados Unidos) debe eliminar o reducir significativamente el consumo de petróleo extraído de la selva amazónica para proteger el ecosistema, vital para frenar los efectos del cambio climático, de una mayor degradación, dijeron dos organizaciones no gubernamentales (ONG) en un informe.
Los datos de importación de la Administración de Información Energética de Estados Unidos y los registros de envío ayudaron a Stand.earth y Amazon Watch a concluir que el 50% del petróleo producido en la Amazonía va a California.
Aproximadamente uno de cada nueve galones de gasolina, diésel y combustible para aviones bombeados en California está vinculado a la selva tropical.
“Las refinerías, las empresas y los consumidores de California están desempeñando un papel enorme en el consumo de petróleo de una de las regiones con mayor biodiversidad de la cuenca del Amazonas”, dijeron los grupos en su informe conjunto.
Los científicos dicen que proteger la selva amazónica es vital para frenar el cambio climático debido a la gran cantidad de gases de efecto invernadero que absorbe el bosque.
Ecuador es la fuente del 89% del petróleo que fluye del Amazonas, según el informe, y registró una pérdida de bosques primarios de 19,101 hectáreas en el 2020, el nivel más alto desde al menos dos décadas, según el programa MAAP de Amazon Conservation, basado en datos de la Universidad de Maryland.
Aunque la mayor parte de la deforestación en Ecuador es causada por la agricultura, la actividad petrolera necesita de carreteras e infraestructura para su desarrollo, que fragmentan la selva y generan una mayor destrucción, según el informe.
La comunidad indígena Waorani de Ecuador ha luchado durante décadas para defenderse de la explotación petrolera en su territorio, que es una de las áreas ambientales más diversas del país, pero también con importantes reservas de petróleo.
“La extracción de petróleo en la jungla nos ha dejado contaminación, enfermedades, muerte y pobreza extrema en nuestras comunidades”, declaró Nemo Andy Guiquita, una líder de la comunidad Waorani, al preguntarse por qué el gobierno expandió la protección en las Islas Galápagos al crear una nueva reserva marina, pero no lo hace en la selva tropical.
El presidente Guillermo Lasso está empeñado en subir la producción de crudo de Ecuador a un millón de barriles diarios (bpd) hasta el final de su mandato para reactivar la economía, con problemas de liquidez, agudizados por la pandemia.
La actividad petrolera en el país andino debe cumplir con una fuerte regulación ambiental y el gobierno está trabajando para reducir las emisiones en los proyectos de petróleo y gas, dijo el Ministerio de Energía de Ecuador.
“Tanto el Estado, las personas naturales y jurídicas, así como las comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades tienen la obligación jurídica de responder por los daños o impactos ambiental que hayan causado”, agregó en un correo electrónico.
Aunque el estado más poblado de Estados Unidos cuenta con un plan agresivo para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, Stand.earth y Amazon Watch dicen que también deben desarrollar una política para desalentar el uso de petróleo proveniente de áreas biológicamente sensibles.
“Tiene que ser algo en lo que los líderes estatales y corporativos tracen un camino”, dijo a Reuters la investigadora de Stand.earth, Angeline Robertson, porque los consumidores no pueden saber de dónde proviene la gasolina que utilizan.
Ambos grupos ambientales dijeron que compartieron sus demandas y hallazgos con la administración del gobernador demócrata de California, Gavin Newsom.
Su administración se ha fijado metas audaces para reducir la demanda de petróleo, señaló la Agencia de Protección Ambiental de California, citando inversiones por un valor de US$ 15,000 millones en iniciativas climáticas.
“No podemos sacrificar la habitabilidad de nuestro planeta o la supervivencia de comunidades indígenas vulnerables por una industria moribunda”, agregó.