Se fortalecerá la gestión de todas las entidades relacionadas al comercio exterior, reduciendo tiempos y costos, además de ofrecer nuevos servicios (Foto: Andina).
Se fortalecerá la gestión de todas las entidades relacionadas al comercio exterior, reduciendo tiempos y costos, además de ofrecer nuevos servicios (Foto: Andina).

Bolivia buscará triplicar en el 2019 el flujo de su comercio exterior por el puerto peruano de Ilo y consolidarlo como una alternativa a enclaves marítimos como el chileno de Arica, donde persisten las dificultades, aseguró la Administradora de Servicios Portuarios de Bolivia (ASP-B).

El gerente ejecutivo de la ASP-B, David Sánchez, señaló que el objetivo es "duplicar o triplicar" las 30,000 toneladas de comercio boliviano que en el 2018 atravesaron el puerto peruano.

"Hemos movilizado 30,000 toneladas, 2,000 trailers por Ilo en el 2018, si pudiéramos duplicar o triplicar esa carga (en el 2019), creo que se podría ir pensando en consolidar un puerto", aseguró.

Sánchez hizo hincapié en que Ilo es una "alternativa al comercio boliviano" y que actualmente queda pendiente una reunión entre las autoridades de Perú y Bolivia para proyectar tareas relacionadas a la gestión del 2019.

El gerente ejecutivo de la ASP-B señaló que algunas empresas mostraron su interés para brindar servicios en Ilo y que para apuntalar esa expectativa es preciso "proyectar condiciones y trasladar carga".

David Sánchez lamentó que las dificultades en el puerto chileno de Arica se mantengan, pese a las gestiones realizadas recientemente para mejorar las condiciones para la mercadería boliviana.

Bolivia ha advertido repetidamente de retrasos en el despacho de su mercancía en este puerto chileno, con el consiguiente perjuicio económico para su comercio internacional.

A su juicio, esta situación obliga a que Bolivia trabaje en la consolidación de Ilo.

La semana pasada el Gobierno boliviano anunció la exportación de 40,000 toneladas del grano andino de la quinua hacia China por la terminal portuaria peruana.

Ilo forma parte fundamental del Corredor Ferroviario de Integración que impulsa el Gobierno boliviano, que busca unirlo por tren con el puerto brasileño de Santos en el Atlántico a través de Brasil, Bolivia y Perú.

El proyecto también atrajo el interés de Paraguay y Uruguay, ya que podrían conectarse con el ramal férreo a través de la hidrovía Paraguay-Paraná.

El corredor tendría una longitud de 3,744 kilómetros y un coste aproximado de US$ 14,000 millones.

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