China ha ampliado en términos comerciales la brecha con Estados Unidos en gran parte de América Latina desde que el presidente estadounidense Joe Biden asumió el cargo a principios del año pasado, según muestran datos que subrayan cómo Washington está siendo desplazado en la región.
Un análisis exclusivo de Reuters de datos comerciales de Naciones Unidas entre el 2015 y 2021 muestran que, salvo México, el principal socio comercial de Washington, China ha superado a Estados Unidos en América Latina y extendió la brecha el año pasado.
La tendencia, impulsada por los países de Sudamérica ricos en recursos naturales, grafica cómo Estados Unidos ha perdido terreno en una región vista durante mucho tiempo como su patio trasero, incluso pese a que Biden pretende restablecer los lazos en la Cumbre de las Américas en Los Ángeles esta semana.
México y Estados Unidos tienen un tratado de libre comercio desde los años noventa y los montos de intercambio entre los dos vecinos eclipsa el comercio de Washington con el resto de América Latina.
No obstante, la brecha comercial de Estados Unidos con el resto de la región, que se abrió por primera vez bajo el mandato de Donald Trump en el 2018, ha crecido desde que Biden asumió el cargo, pese a la promesa de restaurar el papel de Washington como líder mundial y de centrar la atención en América Latina tras años de lo que una vez consideró como un “descuido”.
Sobre el terreno, funcionarios actuales y anteriores dijeron a Reuters que Estados Unidos tardó en tomar medidas concretas y China, un importante comprador de granos y metales, simplemente ofreció más a la región en términos de comercio e inversión.
Juan Carlos Capuñay, ex embajador de Perú en China, dijo que, aparte de México, “el vínculo comercial, económico y tecnológico más importante para América Latina es con China, que es el primer socio comercial de la región, muy por encima de Estados Unidos”.
No obstante, el diplomático afirmó que, a nivel político, la región está aún más alineada con Estados Unidos.
Excluyendo México, los flujos comerciales totales -importaciones y exportaciones- entre América Latina y China alcanzaron casi US$ 247,000 millones el año pasado, según los últimos datos disponibles, muy por encima de los US$ 174,000 millones que se tiene con Estados Unidos.
Los datos de 2021 carecen de cifras comerciales de algunos países de la región, pero estos se equilibran entre sí en términos de sesgo entre Estados Unidos y China.
En contraste con América Latina, los flujos comerciales de México con Estados Unidos fueron de US$ 607,000 millones el año pasado, frente a los US$ 496,000 millones en el 2015. Su comercio con China fue de US$ 110,000 millones, frente a los US$ 75,000 millones seis años antes.
La Casa Blanca y el Departamento de Estado estadounidense no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.
En un aparente esfuerzo por presentar una alternativa a China, altos funcionarios estadounidenses dijeron que Biden anunciará un plan de “Asociación de las Américas” en la cumbre de Los Ángeles que se centrará en promover la recuperación de la pandemia sobre la base de los acuerdos comerciales existentes.
Su objetivo sería movilizar inversiones, reavivar el Banco Interamericano de Desarrollo, crear empleos de energía limpia y fortalecer las cadenas de suministro, dijeron los funcionarios. Sin embargo, tal iniciativa podría enfrentar el rechazo proteccionista de Estados Unidos, así como preguntas sobre cómo las economías ampliamente diversas de la región podrían hacer que funcione.
“Batalla perdida”
Los asesores de Biden que han viajado por América Latina han tratado de convencer a sus socios de que Washington es un país más confiable y socio transparente para hacer negocios, acusando abiertamente a China de utilizar la inversión para crear “trampas de deuda” para los países.
No obstante, un funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, admitió que Washington encara un difícil desafío.
“Mientras China esté dispuesta a poner su dinero sobre la mesa, parecen estar peleando una batalla perdida”, manifestó.
Cuando se incluye el enorme flujo comercial entre México y su vecino del norte, Estados Unidos sigue estando a la cabeza, pero esto oculta la tendencia más amplia en la región, donde los productos fabricados en China están ganando terreno y Pekín está devorando soja, maíz y cobre.
China lidera en Argentina, ha ampliado su liderazgo en los gigantes andinos del cobre Chile y Perú, y vio un avance masivo en Brasil, pese al escepticismo del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro sobre los intereses comerciales chinos que tienen demasiada influencia en el país.
Welber Barral, socio en Brasil de BMJ Consultores Associados, dijo que China aporta a menudo inversiones en transporte y infraestructura que ayudan a los acuerdos comerciales en granos y metales, mientras que los gobiernos sienten a menudo que Estados Unidos es pura retórica.
“Los gobiernos latinoamericanos se quejan de que se habla mucho, pero preguntan ‘¿dónde está el dinero’?”, afirmó.
La cumbre organizada por Estados Unidos en Los Ángeles se considera clave para contrarrestar a China, pero Biden ya ha sido golpeado por ausencias, incluido el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador por la exclusión de países como Cuba y Venezuela.
Eric Farnsworth, un exfuncionario de la Casa Blanca que ahora trabaja en el grupo de expertos del Consejo de las Américas, dijo que el aumento de los precios de las materias primas había impulsado las cifras comerciales de América Latina y China, pero reconoció que una ocupada agenda de política interna de Estados Unidos y la guerra en Ucrania habían mantenido el enfoque de Biden en otra parte.
“Existe un acuerdo bipartidista de que Estados Unidos simplemente no ha estado en la mesa. La cumbre es parte de resolver eso, pero debe haber algo concreto que surja de ello”, agregó.