Debido al aumento de las ausencias de maestros por la pandemia de COVID-19 y la escasez de sustitutos, los padres bien podrían estarse preguntando: ¿quién le está dando clases a los niños?
La respuesta en Estados Unidos podría ser un policía local, un efectivo de la Guardia Nacional, un analista presupuestario estatal, un padre o un recién egresado de secundaria; casi cualquier persona dispuesta a ayudar a mantener abiertas las escuelas durante la actual falta de personal a causa de la variante ómicron del coronavirus.
Los estados han estado eliminando algunos requisitos para dar a las escuelas mayor flexibilidad en las contrataciones a medida que la exposición al coronavirus, la enfermedad misma y las cuarentenas relacionadas aumentan los inconvenientes para los centros educativos, que también han echado mano de bibliotecarios, tutores y personal de apoyo para que ayuden a cubrir las clases durante la pandemia.
Brian McKinney, cuyos hijos estudian segundo y décimo grados en el condado Hays, en Texas, fue maestro sustituto esta semana. Ayudó a alumnos de sexto grado en una tarea de estudios sociales en la que debían escribir un ensayo sobre la Unión Soviética.
McKinney, exmaestro, decidió que podía ayudar ahora que una ola de frío provocó que bajaran las actividades en un minicampo de golf con temas de la Segunda Guerra Mundial del que él y su esposa son propietarios.
“No hubo tiempo para descansar hoy. Estuve muy concentrado con los chicos”, declaró el martes al término de las clases.
Estas medidas han evitado que las escuelas tengan que volver a la enseñanza a distancia, la cual trastocó los hogares e hizo que muchos alumnos se rezagaran al inicio de la pandemia. Algunos señalan que es mejor tener a los estudiantes en las escuelas, donde están bajo supervisión y tienen acceso a alimentos y servicios, aun si la solución no es satisfactoria académicamente.
Aun así, bajar el nivel de exigencia para contratar maestros plantea la preocupación de que las escuelas estén haciendo agua. En algunos casos, cuando fuera posible, la enseñanza virtual impartida por maestros regulares sería mejor alternativa, dijo Richard Ingersoll, experto en docencia de la Universidad de Pensilvania.
“Las clases a distancia podrían ser mucho más preferibles que tener a un sustituto haciéndola prácticamente de niñera”, agregó.
Los gobernadores han estado emitiendo decretos para facilitar que más personas puedan trabajar en las escuelas. En estados como California, Connecticut, Nueva Jersey y Pensilvania, los gobernadores han adoptado medidas que dotan a las escuelas de mayor flexibilidad para reactivar a maestros retirados y asignarlos a labores de corto plazo.
El gobernador de Oklahoma, Kevin Stitt, y el de Utah, Spencer Cox, han permitido a las escuelas que echen mano de la burocracia estatal.
La orden ejecutiva de Cox permite a empleados estatales —como analistas presupuestarios, trabajadores sociales y patrulleros— tomar licencias administrativas de 30 horas para trabajar como maestros sustitutos o en otras labores escolares. La iniciativa de Oklahoma permite a los empleados estatales ofrecer sus servicios como maestros sustitutos voluntarios y seguir recibiendo su paga estatal.
“Sabemos que los niños aprenden mejor en las aulas, así que queremos hacer lo que esté a nuestro alcance para ayudar a que la escuelas se mantengan abiertas. Nuestros maestros y niños merecen nuestro apoyo durante esta difícil fase de la pandemia”, señaló Cox en un comunicado.
En Kansas, la Junta de Educación comenzó a permitir a los distritos que contraten maestros sustitutos de apenas 18 años de edad con poco más de un diploma de secundaria después de haber eliminado los requisitos de que tengan al menos 60 créditos universitarios, el equivalente a por lo menos dos años, para que reciban una licencia temporal. Los cambios durarán sólo hasta el 1 de junio, cuando serán restituidos los requisitos más estrictos.