Se están gestando preocupaciones en Estados Unidos por la deuda a corto plazo en medio de un éxodo lento de un instrumento de la Reserva Federal (Fed) que superó los US$ 2.5 billones el año pasado.
El instrumento de recompra inversa a un día de la Fed — conocido como O/N RRP y donde los fondos del mercado de monetario reciben dinero por estacionar capital de un día para otro— cayó a US$ 1,717 billones el 18 de julio. Pero desde entonces, se ha estabilizado en niveles más cercanos a US$ 1.8 billones.
La importancia de esto radica en que se esperaba que los inversionistas retiraran efectivo del instrumento para absorber la gran cantidad de emisiones de letras del Tesoro que comenzó después de que se suspendió el límite de la deuda federal a principios de junio.
En la medida en que el efectivo comience a salir de otros segmentos del sistema financiero —en particular de las reservas bancarias— para comprar letras del Tesoro, pueden surgir complicaciones.
Durante junio, parecía que alrededor del 60% del suministro neto de las letras se pagaba con efectivo que emigraba de instrumentos de recompra inversa, escribieron en un informe los estrategas de RBC Blake Gwinn y Izaac Brook. Sin embargo, la tasa de transferencia está disminuyendo y puede establecerse alrededor del 45% y el 50%.
En parte, esto se debe a que el apetito de los fondos del mercado monetario por las letras está alcanzando su límite natural, pero también, los rendimientos de las letras se han vuelto menos competitivos con la tasa de los instrumentos de recompra inversa.
“Si los O/N RRP se mantienen cerca de los niveles actuales, las reservas deberían comenzar a caer un poco más rápido en los próximos meses”, escribieron los estrategas en un informe del 10 de agosto.
La escasez de reservas ha causado problemas en el pasado, sobre todo en septiembre de 2019, cuando el aumento de los préstamos del Tesoro exacerbó la escasez de reservas creada cuando la Fed dejó de comprar tantos bonos del Tesoro para su balance general y los inversionistas tuvieron que tomar el relevo.
Se dispararon las tasas de financiamiento a un día para los valores del Tesoro y la Fed finalmente intervino mediante el reinicio de las compras de los valores para estabilizar el mercado.
Dado que la Reserva Federal actualmente está en el proceso de deshacerse de los valores del Tesoro y que solo renueva una parte de sus tenencias que vencen cada mes, un proceso denominado ajuste cuantitativo o QT, se considera que la perspectiva de una caída en las reservas tiene el potencial de forzar su mano nuevamente.
Ya existe una expectativa generalizada de que la Fed detendrá el QT en el punto en que la política monetaria cambie de curso de endurecimiento a flexibilización, cuyo momento solo se puede adivinar. Los estrategas de RBC proyectan que ocurrirá para fin de año, “con riesgos sesgados hacia principios de 2024″.
Los saldos de las reservas bancarias fueron de US$ 3,229 billones en la semana que finalizó el 9 de agosto, según los datos publicados por la Fed. Desafortunadamente, nadie sabe cuánto puede disminuir ese número antes de que los bancos cierren el grifo. Y tras la quiebra de varios bancos regionales en marzo, las entidades financieras parecen estar más proclives a mantener reservas adicionales. Cuando comenzó la crisis, la cifra estaba más cerca de los US$ 3 billones.