(Foto de JOSE SANCHEZ LINDAO / AFP).
(Foto de JOSE SANCHEZ LINDAO / AFP).

Los ecuatorianos eligen el domingo a un nuevo presidente luego de que dolorosas medidas de austeridad económica impulsaran el apoyo para el retorno del socialismo y alentaran al candidato de izquierda Andrés Arauz, quien espera ganar en primera vuelta en unos comicios marcados por medidas para evitar el contagio del coronavirus.

El economista de 36 años, orgulloso protegido del expresidente Rafael Correa, lidera las encuestas con las promesas de hacer pagos directos en efectivo por unos 1.000 millones de dólares a familias pobres y de negar las condiciones de un paquete de financiamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI), de unos US$ 6,500 millones.

Su principal rival, Guillermo Lasso, se ha visto perjudicado por su imagen de banquero conservador, y los encuestadores dicen que la posibilidad de una baja participación electoral debido a la pandemia podría afectar su apoyo.

El abogado y activista indígena Yaku Pérez ocupa el tercer lugar en las encuestas.

Una victoria de Arauz estaría en línea con el retorno de las políticas de izquierda en América Latina que se ha dado en Argentina y Bolivia, y crearía un desafío para Washington en su duelo con China por la influencia en el hemisferio.

La respuesta de la ciudadanía ha sido abrumadora en todas las partes del país y sabemos que eso se va a reflejar en el voto ciudadano”, dijo Arauz luego de acompañar a sufragar a su abuela materna Flor Galarza de 106 años, en el centro de Quito.

Arauz no va a emitir su voto en las elecciones del domingo porque está registrado para sufragar en México, donde estaba estudiando para obtener un doctorado en economía, pero abandonó el programa para postularse como candidato presidencial.

Ecuador sufrió el año pasado un brutal brote de coronavirus que dejó cuerpos sin recoger en las calles de su ciudad más grande, Guayaquil. Las medidas de cuarentena golpearon aún mas la economía que ya sufría los bajos precios del petróleo, la principal exportación de Ecuador, así como fuertes recortes en el gasto público.

El presidente Lenín Moreno, un exaliado de Correa, impulsó una agenda a favor del mercado con la esperanza de revivir a una economía lenta y fuertemente endeudada. Sus esfuerzos provocaron una reacción violenta con 10 días de protestas callejeras en el 2019 contra el retiro del subsidio a los combustibles.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) dijo que esperaba una participación relativamente alta a pesar de la pandemia y reconoció que las filas eran largas en algunos centros debido al distanciamiento social.

Jomaira Alvarado, una comerciante de 28 años que apoya a Lasso, se quejó de la falta de medidas de bioseguridad.

Llegué con miedo a contagiarme por esta pandemia, pero aquí estoy”, dijo Alvarado en un centro de votación en Guayaquil. “Tengo muchas esperanzas de que finalmente podamos eliminar la sombra de los malos gobiernos”.

Los encuestadores en los últimos días han comenzado a ver una probabilidad ligeramente mayor de que Arauz gane en una sola vuelta. Se espera que los aliados del candidato de izquierda tengan un buen desempeño en la votación de una nueva legislatura.

Los mercados financieros están siguiendo de cerca la votación de la nación sudamericana y la retórica de Arauz ya ha afectado a los papeles ecuatorianos.

Ha dicho que seguirá pagando las acreencias del país, pero aplicará una auditoría a la reestructuración de bonos por cerca de US$ 17,400 millones del año pasado. Ha advertido que la inversión social tendría prioridad sobre el servicio de la deuda.

El mes pasado, los bonos ecuatorianos fueron los de peor rendimiento dentro del índice JPMorgan EMBI Global Diversified, con una rentabilidad total del -15%.

Para ganar en una sola vuelta, Arauz necesita obtener más del 50% de los votos válidos o el 40% y 10 puntos porcentuales más que el segundo. De lo contrario, se llevará a cabo una segunda vuelta el 11 de abril.

Pérez, tercero en las encuestas, plantea un programa antiminería centrado en el impacto de la industria en las cuencas hidrográficas.

La ciudad de Cuenca votará el mismo día en un referendo sobre la prohibición de la minería cerca de los ríos que atraviesan la ciudad, lo que podría asustar a las empresas mineras que ya luchan contra la oposición de las comunidades.

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