Es posible que Chile se haya quedado con el primer lugar del Ranking de Resiliencia al COVID de Bloomberg, pero eso no significa que esté bajando la guardia, especialmente cuando la contagiosa variante ómicron se propaga por todo el mundo.
El ranking es un panorama mensual de dónde se está manejando el virus de manera más eficaz y con el menor trastorno social y económico. Utiliza 12 indicadores que abarcan la contención del virus, la calidad de la atención médica, la cobertura de vacunación, la mortalidad general y los viajes.
El ministro de Salud del país, Enrique Paris, dijo la semana pasada a un panel de senadores que la situación en este momento es “bastante satisfactoria”. Los casos han disminuido un 25% en el promedio móvil de 14 días, la positividad de las pruebas es de 2.6% y las camas de cuidados intensivos disponibles continúan aumentando, según datos publicados el lunes. Solo el 32% de las camas ocupadas corresponde a casos de COVID.
El país sudamericano ya ha experimentado varias olas de COVID, la primera producida cerca de mayo de 2020, seguida de una segunda, entre marzo y junio de 2021, y una mucho más pequeña cerca de noviembre.
Entonces, ¿cuál es la razón del éxito de Chile?
Paris dijo a Bloomberg que lo atribuía a dos factores: la exitosa campaña de vacunación en el país y el hecho de que Chile ahora se encuentra en verano, época en la que hay una menor circulación viral.
La compra anticipada de vacunas contribuyó. Más de la mitad del país ya ha recibido una dosis de refuerzo, una tasa que se encuentra entre las más altas del mundo, según datos compilados por Bloomberg. Y el Gobierno está evaluando una cuarta dosis a partir de febrero. No es que no haya movimientos antivacunas en el país. Una de esas agrupaciones intentó atacar un canal de televisión para protestar por la cobertura, pero, pese a ello, las tasas siguen siendo altas.
Jaime Cerda, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica y experto en epidemiología, dijo que la resiliencia de Chile tiene varias causas.
Señaló que la vacunación comenzó en el momento oportuno a nivel masivo, y que muchas personas han comprendido que hay que mantener el distanciamiento social, lavarse las manos y usar mascarilla. El Gobierno ha dicho oficialmente que hay que usarlas en espacios públicos y que solo se pueden quitar en casa o en las mesas de los restaurantes.
Es difícil predecir si la situación permanecerá bajo control, particularmente con la propagación de la variante ómicron, dice Cerda, que agrega que es necesario prepararse para lo peor y redoblar las medidas preventivas.