Los científicos han identificado 16 nuevas variantes genéticas en personas que desarrollaron COVID-19 grave en un gran estudio que podría ayudar a los investigadores a desarrollar tratamientos para pacientes muy enfermos.
Los resultados sugieren que las personas con COVID grave tienen genes que los predisponen a uno de dos problemas: imposibilidad de limitar la capacidad del virus para hacer copias de sí mismo, o inflamación y coagulación de la sangre excesivas.
Los científicos dijeron que sus descubrimientos, publicados en la revista Nature, ayudarían a priorizar los posibles tratamientos que podrían funcionar contra la enfermedad.
Eventualmente, la información podría incluso ayudar a predecir qué pacientes tenían probabilidades de enfermarse gravemente.
“Es potencialmente posible que en el futuro podamos hacer predicciones sobre los pacientes en función de su genoma en el momento de presentarse (para) cuidados críticos”, dijo a periodistas Kenneth Baillie, consultor en medicina de cuidados críticos en la Universidad de Edimburgo y uno de los autores del estudio.
El análisis genético de casi 56,000 muestras de personas en Gran Bretaña mostró diferencias en 23 genes en pacientes con COVID-19 que se enfermaron gravemente, en comparación con el ADN de otros grupos incluidos en el estudio, incluidas 16 diferencias que no se habían identificado previamente.
Los nuevos hallazgos podrían ayudar a guiar a los científicos en su búsqueda de medicamentos existentes que puedan ser útiles para tratar el COVID-19.
Por ejemplo, los investigadores encontraron cambios en genes clave que regulan el nivel de factor VIII, una proteína involucrada en la formación de coágulos sanguíneos.
“La coagulación de la sangre es una de las razones principales por las que los pacientes con COVID desarrollan una escasez de oxígeno. Entonces, eso es potencialmente un objetivo para evitar que se formen esos coágulos”, dijo Baillie.
Pero “no podemos saber si estos medicamentos funcionarán hasta que los probemos en personas”.
Uno de los genes previamente descubiertos, TYK2, es el objetivo del medicamento de Eli Lilly para la artritis baricitinib, ahora en estudio como tratamiento para el COVID-19.
La semana pasada se demostró que el medicamento reduce el riesgo de muerte y hospitalización en pacientes con COVID-19 en un 13% en un ensayo.