China impuso el martes sanciones a siete responsables y legisladores taiwaneses a los que acusó de ser “incondicionales del independentismo”, incluyendo la prohibición de entrada, en su último y airado reproche a la isla gobernada democráticamente.
Las sanciones se producen después que la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitara Taiwán este mes, un viaje que, según China, ha enviado una señal equivocada a lo que considera fuerzas independentistas.
China considera que Taiwán es su propio territorio y no un país separado. El Gobierno de Taiwán rechaza la reivindicación china.
La Oficina de Asuntos de Taiwán de China dijo que entre los sancionados estaban la embajadora de facto de Taiwán en Estados Unidos, Hsiao Bi-khim; el secretario general del Consejo de Seguridad Nacional de Taiwán, Wellington Koo, y políticos del gobernante Partido Progresista Democrático de Taiwán.
Un portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán dijo que los sancionados no podrán visitar China, Hong Kong y Macao. Las empresas e inversores relacionados con ellos tampoco podrán obtener beneficios en China.
“Durante algún tiempo, unos pocos elementos separatistas acérrimos, por sus propios intereses, han llegado a coludir con fuerzas externas en provocaciones que abogan por la independencia de Taiwán”, citó el portavoz la agencia estatal de noticias Xinhua.
“Han instigado deliberadamente enfrentamientos a través del estrecho de Taiwán y han socavado imprudentemente la paz y la estabilidad en la región”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán dijo en respuesta que la isla es una democracia que “no puede ser interferida por China”.
“Es más, no podemos aceptar las intimidaciones y las amenazas de los sistemas autoritarios y totalitarios”, dijo la portavoz del ministerio, Joanne Ou, a los periodistas en Taipéi.
Las sanciones tendrán poco impacto práctico, ya que los altos responsables taiwaneses no visitan China.
Los siete se suman al primer ministro de Taiwán, Su Tseng-chang, al ministro de Asuntos Exteriores, Joseph Wu, y al presidente del Parlamento, You Si-kun, que ya fueron sancionados por China.
El Gobierno de Taiwán afirma que sólo los 23 millones de habitantes de la isla tienen derecho a decidir su propio futuro.