El Gobierno de Chile está presionando con conversaciones y planes para acelerar la restitución de tierras a medida que invierte dinero en partes del sur marcadas por un conflicto cada vez más violento con las comunidades indígenas, dijo una funcionaria de Gobierno.
Determinar el territorio a devolver es una tarea ardua que requiere largas negociaciones con grupos mapuches locales, dijo la ministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, en una entrevista. El objetivo es restaurar la calma en una región a unos 600 kilómetros al sur de Santiago, la capital del país, que ha visto ataques regulares y episodios de violencia contra la industria forestal local.
”Cualquier catastro que sea hecho unilateralmente no va a tener ninguna viabilidad porque para que definamos cuánto es lo que hay que entregar tenemos que estar de acuerdo, ambas partes”, dijo Vega en una entrevista por Zoom. Las comunidades mapuches no solo reclaman territorios con algún tipo de título de propiedad, sino también tierras “ancestrales”, dijo. “¿Cómo define usted lo que es ancestral?”
El Gobierno de izquierda del presidente Gabriel Boric trabaja para restablecer las relaciones con los grupos mapuches que han estado en conflicto con los Gobiernos durante décadas. Con ese fin, los funcionarios están impulsando planes para inversiones públicas y soluciones más rápidas ante el reclamo de tierras. Los críticos dicen que han tardado en abordar la violencia que ha estallado en la zona, y que empañó una visita de la ministra del Interior, Izkia Siches, a principios de este año.
El Gobierno de Boric elevó el monto de los fondos destinados a la compra y transferencia de territorios a las comunidades mapuches de 15,000 millones de pesos a 35,000 millones de pesos (US$ 39.2 millones), dijo Vega. Además, la Administración gastará más de 400,000 millones de pesos en obras de infraestructura alrededor de esos tramos para mejorar las condiciones de vida, dijo.
Vega, quien está a cargo de ambos proyectos, dijo que los funcionarios cumplirán con su objetivo de gasto. “Las tierras se entregan a comunidades, versus entregar a individuos y familias”, dijo Vega, médico y ex-subsecretaria de Salud Pública.
Mayoría pacífica
Las relaciones de Chile con sus pueblos originarios han sido históricamente tensas. Los mapuches resistieron la conquista española en los siglos XVI y XVII, lo que obligó a la corona a reconocerlos como independientes.
A fines del siglo XIX, Chile invadió y anexó su territorio. Durante décadas, los mapuches, que son el grupo indígena más grande del país, han puesto la devolución de sus tierras ancestrales en el centro de sus demandas de justicia.
Desde la década de 1990, algunos han recurrido a manifestaciones y ocupaciones de terrenos que han desembocado en enfrentamientos con la policía, tiroteos y muertes. Los grupos marginales han recurrido a ataques incendiarios contra infraestructura agrícola y forestal, agricultores y, más recientemente, mapuches que colaboran con el Gobierno.
El expresidente Sebastián Piñera quería licitar un contrato para un censo de tierras que hubiera determinado un número definitivo de hectáreas a restituir, pero el proceso fue bloqueado.
El diálogo es ahora el principal camino a seguir, dijo Vega, y agregó que los miembros de la comunidad mapuche siempre han mostrado disposición para hablar.
”La mayoría del pueblo mapuche es un pueblo pacífico”, dijo. “Hay un porcentaje muy minoritario que es violento, y vamos a aplicar todo el rigor de la ley frente a estas personas”.