El Gobierno de Chile anunció que aumentará la dotación policial en el norte del país para enfrentar la crisis migratoria que se extiende desde hace un año en la frontera y el aumento de la delincuencia que denuncian los vecinos y las autoridades locales.
El ministro de Interior, Rodrigo Delgado, dijo que este mismo martes llegarán a la ciudad norteña de Iquique un centenar de agentes del cuerpo policial de Carabineros y de la Policía de Investigaciones (PDI), que se quedarán en la zona hasta el 11 de marzo, día en el que asumirá el nuevo Gobierno del izquierdista Gabriel Boric.
Delgado indicó además que se realizará “un plan de intervención inmediato en aquellos barrios que tengan mayor tasa delictual” con el objetivo de “darles mayor seguridad a los vecinos”.
El fiscal de Tarapacá, la región a la que pertenece Iquique, Raúl Arancibia, aseguró la semana pasada que los homicidios aumentaron en un año un 183% y que han surgido bandas criminales “extremadamente violentas”, con métodos y delitos que no se habían visto antes en el norte chileno.
“Empatizamos y sabemos que la gente no puede esperar mucho más”, añadió el ministro, quien se trasladó este martes a Iquique luego de que el domingo cientos de personas marcharon contra la llegada masiva de migrantes.
Iquique, la primera gran ciudad que se encuentran los migrantes que llegan a Chile por pasos irregulares en la frontera norte con Bolivia, vivió además el lunes un paro de actividades, con camioneros bloqueando carreteras y pequeños comercios echando el cierre.
Igualmente, el aeropuerto local se vio obligado a suspender sus operaciones debido al bloqueo camionero en demanda por un mayor control fronterizo.
Apoyo “inexistente” de Bolivia
Ni la pandemia ni la crisis social que se extendió durante más de un año en el 2019 han alejado el deseo de migrar a Chile, uno de los países más atractivos dentro de América Latina por su estabilidad política y económica.
Tras un auge de entradas irregulares en febrero del año pasado, la crisis se agudizó en octubre, con cientos de extranjeros, principalmente venezolanos, ocupando espacios públicos en plazas y avenidas.
“Nos gustaría tener un apoyo mucho más nítido de las autoridades bolivianas, que prácticamente es inexistente”, lamentó Delgado.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) alertó en diciembre pasado que cerca de 500 refugiados y migrantes venezolanos, incluidos niños, cruzan diariamente por pasos fronterizos irregulares entre Bolivia y Chile y llegan al país “tras varios días sin comer, con deshidratación, hipotermia y mal de altura”.
En lo que va del año ya han muerto al menos dos personas tratando de cruzar la frontera y unas 23 desde que se inició el flujo masivo en febrero del 2021.
En Chile hay 1.4 millones de migrantes, lo que equivale a más del 7% de la población, y los venezolanos son los más numerosos, seguidos de peruanos, haitianos y colombianos.