La decisión de Argentina de suspender sus exportaciones de carne vacuna por 30 días es una oportunidad para sus competidores en la región, pero empujará al alza los precios internos en mercados que padecen fuertes presiones inflacionarias, estimaron analistas y actores del sector.
“Se retira un actor importante del mercado internacional, en caso de que se concrete la medida. Es una señal bastante negativa para todo el sector productivo y la cadena de la carne”, resumió el presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC) de Uruguay, Fernando Mattos, en declaraciones a la Radio Nacional.
Argentina, cuarto exportador mundial de carne bovina con 819,000 toneladas en el 2020, anunció el lunes la suspensión que aplicará por 30 días “como consecuencia del aumento sostenido del precio de la carne vacuna en el mercado interno”. En respuesta, los ganaderos decidieron detener desde el jueves la comercialización de hacienda por nueve días.
El país, que según la OCDE es el principal consumidor de carne bovina per cápita en el mundo, atraviesa una fuerte escalada inflacionaria, con un incremento de precios al consumo de 46.3% en 12 meses a abril, según datos oficiales. La carne vacuna, en tanto, aumentó 65,3% en igual período, por encima de la inflación, según el Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (Ipcva).
“El tema de la carne se desmadró (se salió de control). El precio sube mes a mes sin justificativo. Tenemos que poner orden. Nosotros no podemos ver como crecen los precios sin ningún justificativo, o sea sube el precio de la carne y baja el consumo de carne”, argumentó el presidente argentino Alberto Fernández en declaraciones radiales para justificar su decisión
Un arma de doble filo Aunque la ausencia argentina del mercado internacional puede suponer una oportunidad coyuntural para países competidores como Brasil, Uruguay, Paraguay, e incluso Estados Unidos, a mediano plazo el impacto puede sentirse en las economías locales sobre los precios de un producto que es central a la canasta básica alimentaria.
“Los frigoríficos autorizados a exportar optan por hacerlo porque ingresan dólares y de ese modo recomponen los márgenes de ganancias que se vieron reducidos por el aumento de precios de los insumos para la cría de animales”, explicó en Brasil André Braz, coordinador de temas de inflación en el Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getúlio Vargas (FGV/Ibre).
Pero “el mercado sentirá esa carencia. La carne es un producto de la cesta básica y el precio de las carnes bovinas ya subió más de 30% en los últimos doce meses”, advirtió.
En Brasil, los precios de los alimentos en general subieron más de 12% en los últimos doce meses hasta abril, y la inflación se ubicó en 6.76%, por encima del techo de 5.25% de la meta oficial.
Para el presidente del Instituto Nacional de Carnes de Uruguay, no hay duda sobre el impacto negativo de la medida argentina.
“Este año vamos a tener una presión de la carne en suba de precios que no beneficia al consumidor. Estas distorsiones en el mercado internacional, en cuanto al balance de beneficios y perjuicios, en el corto plazo generan beneficios entre comillas, pero a la larga no es un mercado sano y auténtico. Es mucho mejor que la formación de precios obedezca a una gradualidad y una lógica económica, y no a una medida administrativa directa del gobierno argentino interviniendo el mercado”, enfatizó.
EE.UU.: el gran beneficiado
“El apetito por las commodities está aumentando en todo el mundo, y sobre todo en Asia, a medida que la vacunación (contra el COVID-19) avanza”, explicó el especialista de la Fundación Getulio Vargas.
Así, el principal beneficiario de las restricciones argentinas debería ser Estados Unidos, tercer exportador mundial, gracias al aumento de la demanda china, estimó de su lado Fernando Iglesias, analista del sector cárnico de la brasileña Safras&Mercados.
“China es un país muy proactivo en lo que respecta a su seguridad alimentaria y cuando se dio cuenta de que Argentina iba a cerrar las puertas a sus exportaciones de carne -hubo algunas normativas en ese sentido el mes pasado- simplemente optó por habilitar las exportaciones de 32 frigoríficos estadounidenses a partir del 1 de mayo”, explicó.
Para el uruguayo Mattos, una salida temporal de Argentina del mercado provocará un “efecto de retirada de 7%, 8% de la oferta mundial” cuando el país sudamericano “apuntaba a estar exportando este año en el entorno de un millón de toneladas. A nivel mundial se comercializan entre 11 millones y 12 millones de toneladas” anuales de carne bovina, concluyó.