El partido gobernante Partido Liberal Democrático es un club aristocrático donde los apellidos contienen décadas de historia. (Foto: Reuters)
El partido gobernante Partido Liberal Democrático es un club aristocrático donde los apellidos contienen décadas de historia. (Foto: Reuters)

Con más de seis décadas dirigiendo , el conservador Partido Liberal Democrático encara las elecciones de este domingo convencido de revalidar mandato gracias al beneplácito de los jóvenes y a la debilidad de la oposición.

La pandemia, los polémicos Juegos Olímpicos, el pausado ritmo de vacunación o la reciente caída de un primer ministro podrían provocar un cambio democrático de dirección, pero en Japón la larga vida del PLD y las cadenas que arrastra la fragmentada oposición no vaticinan grandes sorpresas electorales.

En el 2017, solo un 53.68 % de votantes acudió a las urnas. ¿Para qué molestarse si siempre ganan los mismos? La oposición corre a arañarle votos al todopoderoso partido gobernante, mientras los analistas apuntan a un desplome de su mayoría.

Éxito indefinido

El partido gobernante es un club aristocrático donde los apellidos contienen décadas de historia.

El carismático ex primer ministro Abe es nieto e hijo de figuras políticas. El actual primer ministro, Kishida, llega con pedigrí familiar. Mientras, compañeros como Kono o Koizumi se perfilan ya para futuros líderes por su linaje.

“La herencia generacional ha pesado en la democracia nipona durante tres o cuatro generaciones”, dice en entrevista con Efe Donna Weeks, profesora de ciencias políticas de la Universidad Musashino en Tokio, aunque matiza que ahora los jóvenes “se sienten cómodos”, más que por la persona, con el PLD en sí.

Desde su fundación en 1955, un único partido ha dominado el archipiélago con un parón de diez meses en los noventa y un mandato del 2009 al 2012.

Un poder difícil de desbancar por la fragmentada oposición -de variado discurso de centro derecha, socialista o comunista- que arrastra el estigma, para muchos japoneses, de débil e incapaz de gobernar.

Memoria política del desastre

El peso político de la gestión durante el Gran Terremoto del Este de Japón en el 2011, cuando la oposición gobernaba, todavía late en la memoria colectiva.

“En el 2011, mis estudiantes eran muy jóvenes y vieron a Abe salir con fuerza de aquello. Esta primera experiencia política es clave”, destaca la profesora Weeks sobre la generación más joven de votantes, niños hace una década.

Durante la crisis nuclear que mantuvo en vilo al país, Yukio Edano -hoy líder del Partido Constitucional Democrático que encabeza la oposición- fue el rostro portavoz que aparecía en las pantallas de los hogares. El político no renunció a su carrera y formó este nuevo partido en el 2017.

“Los partidos opositores están trabajando juntos mejor que antes y esto podría tener un efecto”, apunta Weeks, aunque cree que no será suficiente.

Elecciones de cara

Hace tan solo dos meses, el PLD vio peligrar las elecciones, Suga renunciaba como primer ministro y el sistema histórico de la formación se ponía en marcha.

“Las facciones actúan como distintos partidos en uno. Cuatro candidatos se presentaron para presidirlo y piensas en cuatro formaciones distintas y una competición democrática”, explica Weeks.

Una estrategia que ha resultado en una renovación de imagen justo cuando la popularidad bajaba y a un mes de las elecciones.

“Kishida tiene a su favor que no hay estado de emergencia, el nivel de contagios y vacunación han mejorado y además es Halloween. En Japón, el ambiente festivo es muy importante”, afirma esta experta sobre factores que influirían en la participación.

Sin embargo, la indecisión de Kishida dando marcha atrás a algunas medidas económicas sugeridas “podría dirigir la mirada de los votantes hacia otros candidatos”, apunta.

Según las últimas encuestas, lo que más influirá en el voto ciudadano son la economía (54%), las pensiones y sistema de bienestar (48%), el coronavirus (40%) o el apoyo a la educación y crianza de niños (36%). Tan solo un 3% cree que la igualdad de género y diversidad pesan.

La oposición se muestra dispuesta a cambiar dos importantes demandas que ocupan el debate de los últimos años: mantener el apellido al casarse (y no adoptar la mujer el del hombre como es costumbre) y aprobar el matrimonio homosexual.

El PLD no tiene intenciones de cambios igualitarios y sabe, además, que tampoco es prioridad para los votantes.

Cuarto poder

Es un secreto a voces que Abe puso de su lado a los principales medios de comunicación, evitando ser objeto de crítica. Durante su largo mandato, Japón fue descendiendo posiciones en libertad de prensa, actualmente en una posición comprometida según Reporteros sin Fronteras.

“Los periodistas que luchan por ejercer plenamente su papel de contrapoder frente al peso de las tradiciones y los intereses económicos se quejan de que existe un ambiente generalizado de desconfianza e incluso de hostilidad hacia ellos”, afirma la organización en su informe anual.

Takeshi Taniguchi, periodista japonés, confirma a Efe la falta de libertad y el ambiente enrarecido que existe en los clubs de prensa (kisha clubs), aunque opina también que muchos ciudadanos y empresas niponas “no quieren cambiar” de gobierno.