El gobierno del presidente Gabriel Boric busca salvar la aprobación del plebiscito constitucional a pocas semanas de su celebración en Chile conquistando votos de sectores de centroizquierda que rechazan una nueva Constitución, con la promesa de introducirle cambios a los temas más resistidos en caso de ser avalada el 4 de setiembre.
Boric amarró el destino de su gobierno a la aprobación del texto, escrito por una Convención Constitucional dominada por la izquierda, que reemplazaría a la Carta Magna impuesta por la dictadura militar (1973-1990) en el caso de que se imponga la opción “Apruebo”. Si triunfa el “Rechazo”, seguirá vigente la Constitución de los militares.
Los analistas políticos coinciden que en caso de ganar el “Rechazo”, el gobierno quedaría muy debilitado y Boric sin una agenda propia.
Sendas encuestas de las consultoras locales Cadem y Pulso Ciudadano del fin de semana indican que el “Rechazo” al texto ganaría por 10 y 15 puntos, respectivamente, al “Apruebo”. La encuestadora MORI indica que la diferencia entre ambas opciones bordea los cinco puntos.
El texto que se plebiscitará no puede ser modificado, por lo que la estrategia del gobierno es que los partidos oficialistas se comprometan formalmente y por escrito a introducir cambios específicos en la nueva Constitución si triunfa el “Apruebo”.
Boric instó hace una semana a sus dos coaliciones políticas a alcanzar acuerdos en torno a futuras reformas antes del día del plebiscito, aunque existen puntos de vistas diferentes al respecto en los partidos aliados al gobernante.
Algunos expertos consideran que la estrategia de Boric podría darle réditos, en el caso de conquistar a sectores que pugnan por el “Rechazo”. El gerente de Estudios públicos y cuantitativos de la consultora Cadem, Roberto Izikson, dijo que, aunque sólo faltan 26 días para el referéndum, es posible que el “Apruebo” remonte en las preferencias.
Refirió que las elecciones chilenas, a partir del estallido social del 2019, han tenido “cambios significativos” durante las tres semanas previas a la votación. Dijo que en los cambios de tendencia podría influir la franja televisiva de propaganda electoral que diariamente transmite la TV abierta —de 15 minutos para cada opción— y el que los respectivos comandos electorales “guardan la mayor cantidad de recursos para el final”.
Además, la movilización callejera por el “Apruebo” y el “Rechazo” aumentan notoriamente los fines de semana cercanos a la elección, apuntó.
Un sector de la centroizquierda anunció que votará contra una nueva Ley Fundamental porque, aunque comparten gran parte del texto, hay artículos que no aceptan, entre los que está el relacionado con la plurinacionalidad, porque estiman que dejaría a los indígenas en una categoría de privilegiados. Están de acuerdo, no obstante, que se reconozca constitucionalmente a los pueblos originarios.
También rechazan la eliminación del Senado, que sería reemplazado si gana el “Apruebo” por una Cámara de las Regiones, aunque con menos facultades que las que tenían los senadores. Otra norma que rechazan es la que crearía un Consejo de la Justicia, de 17 miembros, en los que los jueces, con ocho cupos, serían minoría. Los restantes serían funcionarios judiciales y cinco los designaría el Congreso. Afirman que el Consejo podría politizarse.
Según analistas políticos, si el oficialismo se compromete a reformar las normas más resistidas por parte de la centroizquierda, podrían conquistar sus votos.
El senador oficialista Jaime Quintana, uno de los promotores de un acuerdo transversal en el 2019 que derivó en la propuesta constitucional que se votará en setiembre, aceptó que “el ‘Apruebo’ está en serio riesgo. La única posibilidad es dar un giro en busca de un voto de centro y centroizquierda”, señaló.
Sin embargo, sólo una de las dos coaliciones del mandatario, el llamado Socialismo Democrático, cerró filas en torno al llamado de Boric, mientras su bloque más cercano, Apruebo Dignidad --integrada por el Partido Comunista (PC) y el izquierdista Frente Amplio (FA)-- se resisten al acuerdo por las reformas.
El presidente del PC, Guillermo Teillier, dijo que “no sé qué le podríamos mejorar a la nueva Constitución... que es un texto completo”, mientras sus socios del FA son proclives a trabajar en acuerdos de implementación del texto después del referéndum.
Por su parte, el senador socialista Fidel Espinoza advirtió el lunes que si el PC o el FA rechazan los cambios, “le van a regalar el triunfo a la derecha y los sectores que están por el ‘Rechazo’”.
Durante su visita a Bogotá adonde asistió a la asunción del nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, el mandatario chileno se mostró optimista de que los partidos van a llegar a acuerdos para asegurar “la continuidad del proceso constituyente”.
“Pase lo que pase el 4 de setiembre, nosotros como gobierno vamos a buscar la unidad de Chile y el proceso constituyente debe consolidarse”, subrayó Boric.