La inflación en la zona euro bajará desde un máximo histórico este año y el Banco Central Europeo (BCE) está dispuesto a tomar las medidas necesarias para reducirla hasta su objetivo de 2%, dijo la presidenta de la entidad, Christine Lagarde.
La inflación se aceleró a 5% el mes pasado, la más alta registrada en el bloque monetario de 19 países y más del doble del objetivo, ya que el aumento de los costos de la energía y limitaciones al suministro hicieron subir los precios de una serie de bienes y servicios.
El BCE ha sostenido durante mucho tiempo que el crecimiento de los precios se reducirá por sí solo, pero Lagarde dijo que el BCE podría ajustar su política monetaria si fuera necesario.
“Nuestro compromiso con la estabilidad de precios sigue siendo inquebrantable”, dijo en un discurso. “Tomaremos todas las medidas necesarias para garantizar que cumplimos nuestro objetivo de inflación de 2% a mediano plazo”.
“Entendemos que el aumento de los precios es una preocupación para mucha gente, y nos tomamos esa preocupación muy en serio”, añadió.
El BCE amplió el estímulo el mes pasado, argumentando que las presiones de los precios a largo plazo son en realidad más débiles que altas, y que la inflación corre el riesgo de caer por debajo de su objetivo a fines de año.
Sin embargo, varios responsables de la política monetaria han cuestionado este argumento, afirmando que los riesgos se inclinan hacia lecturas más altas y que el BCE debería empezar a retirar sus medidas extraordinarias de apoyo.
“Tenemos la flexibilidad necesaria para responder a una serie de circunstancias”, señaló Lagarde, añadiendo que los motores de la inflación son en realidad un lastre para el crecimiento.
“El aumento de los precios de la energía está afectando a los ingresos de los hogares y mermando la confianza, mientras que los cuellos de botella de la oferta están provocando escasez en el sector manufacturero”, señaló.