Tras un largo silencio, la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) anunció que iba a confiar a otro país la organización del Mundial, previsto para agosto y setiembre.
Tras un largo silencio, la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) anunció que iba a confiar a otro país la organización del Mundial, previsto para agosto y setiembre.

Después del llamamiento hecho el lunes por el Comité Olímpico Internacional (COI) para excluir a los deportistas rusos y bielorrusos de los eventos deportivas internacionales, la lluvia de sanciones continuó este martes: la federación internacional de atletismo, World Athletics, excluyó a los deportistas de ambos países de todas sus competiciones, la organización del Mundial de Voleibol le ha sido retirada a Rusia, y sus patinadores no podrán competir “hasta nueva orden”.

Con su llamada a “no invitar o permitir la participación de atletas y de representantes oficiales rusos o bielorrusos en competiciones internacionales” y la retirada de toda distinción olímpica a sus altos responsables, Vladimir Putin incluido, el COI ha roto con su larga tradición de no intervenir en los debates políticos o geopolíticos.

La FIFA y la UEFA reaccionaron inmediatamente, excluyendo a Rusia del Mundial, en el que debería haber disputado la repesca contra Polonia el 24 de marzo.

Tras un largo silencio, la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) anunció que iba a confiar a otro país la organización del Mundial, previsto para agosto y setiembre.

La FIVB estaba bajo presión después de que Francia y Polonia, campeón olímpico y mundial respectivamente, anunciaran el boicot a la competición si no se cambiaba la sede.

Los patinadores rusos, que ganaron seis medallas olímpicas en los Juegos de Pekín, incluidas dos de oro, no podrán competir más, una decisión “de efecto inmediato” y tomada “hasta nueva orden” según precisó la Unión Internacional de Patinaje (ISU), que también regula el patinaje de velocidad y el short-track.

Y después de la decisión de World Athletics, ningún ruso podrá tomar parte en el Mundial en sala de Belgrado, del 18 al 20 de marzo, ni en el Mundial al aire libre en Eugene, en Estados Unidos, en julio.

La FINA menos radical

Bádminton, esquí, rugby, hockey sobre hielo: los rusos son excluidos de numerosos deportes. No habrá más combates de boxeo en un país que ya ha sido privado de su Gran Premio de Fórmula 1 en Sochi y de la final de la Liga de Campeones, dos eventos de alcance mundial.

La Federación Internacional de Natación (FINA), que ya había anulado todas las competiciones en suelo ruso, ha seguido de una manera menos radical las recomendaciones del COI: los rusos podrán seguir compitiendo de manera individual, en ningún caso bajo las banderas rusa o bielorrusa.

El tenis es otra disciplina en la que los rusos son una potencia mundial. Los torneos de WTA y ATP de Indian Wells en California se acercan y los organizadores no han tomado aún una decisión. Esto ha disgustado a Elina Svitolina y a otras jugadoras ucranianas que se sorprenden por el silencio de la WTA, en contraste con su reacción en el caso Peng Shuai.

Inscrita en el torneo de Monterrey, Svitolina rechazó jugar contra la rusa Anastasia Potapova y avisó que mantendría esa posición mientras las instituciones del tenis no siguieran las recomendaciones del COI de aceptar “a los ciudadanos rusos y bielorrusos solamente si compiten (de forma individual) como atletas neutrales” sin representar a su país.

Los rusos Daniil Medvedev, número uno mundial, Andrey Rublev y Anastasya Pavlyochenkova además de la bielorrusa Aryna Sabalenka, número dos del mundo, son algunas de las grandes estrellas del mundo del tenis.

Además, algunos hombres de negocios rusos que han invertido en el deporte están en la diana de las sanciones económicas de los occidentales. Entre ellos, el ruso-uzbeco Alisher Usmanov, patrón de la Federación Internacional de Esgrima (FIE) y con fama de ser próximo al presidente ruso Vladimir Putin, quien anunció este martes que dejaba sus funciones.

¿Cuál es la base legal?

El posicionamiento espectacular e histórico del COI atrapó por sorpresa a numerosas federaciones, revela bajo el anonimato, el alto cargo de una de ellas.

Las instituciones deportivas se preocupan por la fragilidad de su base legal, mientras que Rusia denunció su naturaleza “discriminatoria” y dejó entender que podrían protestar, especialmente ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).

Según el alto responsable, las federaciones “dependientes financieramente del COI se mantienen firmes, las otras plantean preguntas sobre la forma, que está muy mal: no hacemos ni comunicación ni política, y hay reglas que respetar”.

Si bien los clubes rusos han sido suspendidos de la Euroliga, la competición faro del baloncesto europeo, la Federación Internacional del Baloncesto (FIBA) va a “publicar su posición, que estará basada en el derecho y los estatutos”, revela uno de sus responsables.

Otra de las decisiones que se esperan son la de la escudería de Fórmula 1 Haas, cuyo principal patrocinador es el gigante ruso Uralkali y de la Unión Ciclista Internacional (UCI) en lo relativo al equipo Gazprom-VéloRus, que debería participar en la Tirreno-Adriático (del 7 al 13 de marzo) y la Milán-San Remo (19 marzo).

Al mismo tiempo, el gigante mundial del equipamiento deportivo Adidas, suspendió su patrocinio con la Federación Rusa de Fútbol.

También corre el tiempo para los Juegos Paralímpicos que empiezan el viernes. El Comité Paralímpico Internacional (CPI) ha previsto pronunciarse el miércoles sobre este asunto.

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