El FMI realizó un primer desembolso de US$ 15,000 millones. Sin embargo, los mercados no mostraron confianza en los planes argentinos y huyeron hacia el dólar. En setiembre del 2018 el Fondo aprobó un aumento del crédito, previsto a un plazo de tres años, y lo elevó a US$ 57,100 millones. (Foto: AFP)
El FMI realizó un primer desembolso de US$ 15,000 millones. Sin embargo, los mercados no mostraron confianza en los planes argentinos y huyeron hacia el dólar. En setiembre del 2018 el Fondo aprobó un aumento del crédito, previsto a un plazo de tres años, y lo elevó a US$ 57,100 millones. (Foto: AFP)

Argentina alcanzó este jueves un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar US$ 45,000 millones que adeuda a la entidad con sede en Washington desde el 2018, en un nuevo programa que aún debe recibir el visto bueno del Congreso argentino y del directorio del organismo multilateral.

El nuevo programa aliviaría el abultado calendario de vencimientos de Argentina con el FMI que se concentraban en el 2022 y 2023.

Tercera economía de América Latina, Argentina ingresó al FMI en 1956, durante la dictadura del general Pedro Aramburu (1955-1958). Desde entonces el país ha suscrito más de 20 planes con el organismo multilateral.

En el 2006, bajo la presidencia del peronista de centro-izquierda Néstor Kirchner, el país canceló US$ 9,600 millones que aún adeudaba al FMI, y después de eso no permitió más visitas técnicas del organismo, hasta que en el 2018 Argentina volvió a recurrir al organismo.

El nuevo programa de facilidades extendidas, que el Congreso tratará a partir del lunes, será el plan número 13 de Argentina y el FMI desde el regreso de la democracia en 1983.

Esta es una cronología de los momentos más importantes de la negociación.

Corrida cambiaria y auxilio

Durante la presidencia pro tempore del G20 de Argentina en el 2018, con una política elogiada por los mercados y las principales potencias económicas, en especial Estados Unidos, la crisis argentina llegó de sorpresa.

A finales de abril de ese año comenzó una corrida cambiaria que llevó al entonces presidente liberal Mauricio Macri a pedir un auxilio al FMI por US$ 50,000 millones, el mayor concedido en la historia de ese organismo multilateral. A cambio, el gobierno se comprometió a alcanzar el equilibrio fiscal.

Solo en el primer semestre del 2018, Argentina había perdido US$ 13,000 millones de sus reservas internacionales y la moneda se había depreciado 34%.

El FMI realizó un primer desembolso de US$ 15,000 millones. Sin embargo, los mercados no mostraron confianza en los planes argentinos y huyeron hacia el dólar. En setiembre del 2018 el Fondo aprobó un aumento del crédito, previsto a un plazo de tres años, y lo elevó a US$ 57,100 millones.

Elecciones y suspensión del programa

En medio de una aguda crisis económica, Alberto Fernández ganó las elecciones en primera vuelta frente a Macri, quien se postuló a la reelección en las presidenciales de octubre del 2019.

Al asumir, en diciembre de ese año, renunció a los tramos pendientes del crédito, por lo que la cuenta de Argentina se detuvo en poco más de US$ 44,000 millones y no alcanzó los US$ 57,100 millones que habían sido aprobados.

Ya en septiembre del 2019 el FMI había suspendido un desembolso de unos US$ 5,400 millones, debido a que el gobierno no había cumplido las metas de inflación, entre otras. Ese año, el índice de precios al consumidor cerró con un incremento de 53.8%.

Luego de la reestructuración de unos US$ 66,000 millones de deuda con acreedores privados, Argentina comenzó formalmente sus nuevas conversaciones con el FMI en agosto del 2020.

Diplomacia y autocrítica

Desde que asumió, Fernández desplegó una intensa agenda diplomática para obtener respaldo, especialmente en Europa, a sus planteamientos para renegociar la deuda con el FMI.

El papa Francisco, antiguo arzobispo de Buenos Aires, resultó un importante aliado y fue justamente en el Vaticano donde Fernández y Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, se encontraron cara a cara por primera vez, en un seminario en mayo del 2021.

En diciembre de ese año, el FMI reconoció que el programa crediticio concedido a Argentina en el 2018 “no cumplió con los objetivos de restaurar la confianza en la viabilidad fiscal y externa y, al mismo tiempo, propiciar el crecimiento económico”, tras una evaluación del préstamo, requerida dado el monto de la deuda.

Por ese crédito, Argentina pagó unos US$ 5,000 millones en el 2021. Según el calendario previo al acuerdo anunciado este viernes, quedaban aún por cancelar más de US$ 19,000 millones en el 2022, más de US$ 20,000 millones en el 2023 y unos US$ 4,000 millones más en el 2024.

Facilidades extendidas

De recibir la aprobación definitiva del parlamento argentino y del directorio del FMI, el nuevo programa prevé diez revisiones trimestrales durante dos años y medio. El período de repago es de diez años, con una gracia de cuatro años y medio, por lo que la deuda deberá cancelarse entre el 2026 y 2034.

Con este acuerdo, Argentina se compromete a reducir su déficit fiscal de 3% del Producto Bruto Interno (PBI) actual a 0.9% en el 2024. El FMI aspira a que sirva para “abordar de manera duradera la alta inflación persistente” de este país, de alrededor de 50% anual, una de las mayores del mundo.

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