La tasa de inflación anual de Argentina se dirige hacia su ritmo más rápido en tres décadas y un quiebre entre los dos políticos más poderosos de la nación amenaza con empeorar las cosas.
El Gobierno publica el informe de inflación de marzo a las 4 p.m., hora local, pero el ministro de Economía, Martín Guzmán, ya advirtió a todos que esperaran malas noticias. Los precios al consumidor subieron más de un 6% en marzo con respecto al mes anterior, dijo Guzmán el lunes, frente al 4.7% de febrero.
Ese ritmo mensual sería el más alto de la presidencia de Fernández y probablemente el más rápido desde setiembre del 2018, cuando llegó al 6.5%. Ahora, muchos economistas pronostican que los precios aumentarán más del 60% anual este año, lo que sería el nivel más alto desde que la nación controló la hiperinflación a principios de la década de 1990.
Mientras tanto, un quiebre entre el presidente del país, Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, está sembrando dudas públicas sobre la estrategia antiinflacionaria del Gobierno bajo su acuerdo de US$ 44,000 millones con el Fondo Monetario Internacional.
El objetivo estimado de Argentina para la inflación de este año en el acuerdo con el FMI —entre 38% y 48%— podría cambiar cuando el Gobierno realice en mayo una revisión formal con el personal del Fondo, según una persona con conocimiento directo de la estrategia de inflación, quien pidió no ser identificada debido a que la información aún no es de carácter público.
Los funcionarios del Gobierno creen que cumplir con los objetivos del programa del FMI e implementar sus políticas ayudará a enfriar gradualmente las expectativas sobre los aumentos de precios, agregó la persona.
Los encargados de política monetaria han tomado medidas para frenar los aumentos de precios, como elevar las tasas de interés, disminuir el déficit fiscal y reducir la emisión de dinero para financiar el gasto del Gobierno. Pero muchos inversionistas se preguntan si el Gobierno de Fernández tiene suficiente apoyo dentro de su propia coalición para seguir imponiendo duras medidas económicas a medida que aumenta la inflación.
La división entre Fernández y Kirchner por el acuerdo con el FMI está desafiando la capacidad de Guzmán para implementar las políticas acordadas. Si bien el Congreso argentino aprobó por amplia mayoría el acuerdo en marzo, los legisladores leales a Kirchner votaron en contra.
Coalición fracturada
El acuerdo insta al país a tomar una serie de medidas convencionales para combatir la inflación, como reducir aún más el déficit fiscal. Pero algunos inversionistas dudan de que la fracturada coalición gobernante permita que el ministro Guzmán implemente completamente el plan.
Las estrategias de inflación exitosas necesitan gobiernos con mucha credibilidad, dijo Martín Rapetti, director ejecutivo de la consultora argentina Equilibra, que prevé que la inflación terminará este año en 65%. Rapetti señaló que el Gobierno tiene poca credibilidad debido a que todos saben que existen luchas internas.
Esta semana, Guzmán negó rumores de que se verá obligado a renunciar. Pero insinuó la división interna del Gobierno al decir que Argentina no puede hacer frente a la inflación a menos que haya un apoyo generalizado a los planes del Gobierno en virtud del acuerdo con el FMI.
Devaluación del peso
Algunos economistas locales señalan que el plan del FMI incluso podría empeorar la inflación en el corto plazo, ya que aumentará las facturas de electricidad al eliminar los subsidios. También implica devaluar el tipo de cambio oficial del peso a un ritmo más rápido.
El FMI considera que la inflación más rápida que registró Argentina el mes pasado está ligada en gran medida al impacto en los precios derivado de la invasión rusa a Ucrania, según personas con conocimiento directo.
Si bien todas las naciones de América Latina están enfrentando aumentos de precios adicionales provocados por el conflicto europeo, la inflación de Argentina ya superaba el 50% cuando la guerra comenzó. Además, el Gobierno también elevó los precios del combustible en casi 10% el mes pasado.
Y si bien ese cóctel de factores está haciendo que la inflación se acelere, la dificultad de Fernández para lograr que la facción de Kirchner apoye sus políticas genera preocupaciones de que los incrementos temporales en los precios puedan volverse más duraderos.
Guido Lorenzo, director ejecutivo de la consultora argentina LCG, dijo que todo lo que es transitorio en el mundo se vuelve permanente en Argentina. Lorenzo pronostica una inflación de 65% este año en el país.