Las medidas anunciadas por la nueva ministra de Economía de Argentina, Silvina Batakis, para lograr el equilibrio fiscal y cumplir con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), navegan entre la imprecisión y la incertidumbre a la espera de si lograrán el respaldo del poderoso sector kirchnerista del gobierno, muy crítico con las políticas de ajuste.
Este lunes, al cumplir una semana en el cargo, Batakis compareció ante la prensa, acompañada por otros ministros del área económica, para comunicar su primer paquete de medidas, destinadas a “dar cierto orden y equilibrio a las finanzas públicas del Estado”, para lo que lanzó un tajante: “No vamos a gastar más de lo que tenemos”.
Sin entrar en grandes detalles, anunció, entre otras decisiones, una modificación de la ley para que todo el sector público nacional haga un “manejo eficiente” del Presupuesto; un “congelamiento” de personal en todos los organismos estatales; confirmó la segmentación de las tarifas de servicios públicos para los distintos tipos de población y ratificó que se irá hacia tasas de interés positivas.
“Argentina hoy tiene dos problemas económicos fundamentales de corto plazo. Uno es el fiscal, financiero y de bonos de deuda en pesos, que está todo explotado. El déficit fiscal del segundo semestre va a ser más fuerte que el del primero, y por tanto hay un problema financiero serio. Y el segundo problema es el del tipo de cambio y los dólares. Las medidas que anunció la ministra fueron más bien para resolver el primer problema”, dijo el economista Fausto Spotorno.
Reacción de los mercados
Unas dudas por el devenir de la economía que no cesan en medio del enrevesado escenario de alta inflación y continua devaluación y la escasez de dólares que padece el Banco Central, junto a las ya enquistadas tensiones en el seno del oficialismo.
“Se está todavía buscando interpretar los anuncios, especialmente los fiscales ante la falta de detalles suficientes, y además la necesidad de evaluar el respaldo político de la coalición para avanzar en su implementación”, agregó Gustavo Ber al ser consultado por la comparecencia de la ministra.
En su análisis diario de mercados, el mismo economista consideró crucial que se genere un clima de “mayor calma” para intentar “encarar a tiempo los desequilibrios económicos” y evitar que se reavive una nueva “ola de tensiones inflacionarias y financieras” que retroalimenten el “circulo vicioso de la desconfianza”.
“Fueron anuncios muy generales. Todavía hay que esperar las medidas concretas. Habrá que ver cómo se instrumentan esos anuncios”, señaló por su parte el consultor Ricardo Progano.
La rueda de prensa de Batakis no fue recibida con ánimo en los mercados: la Bolsa de Buenos Aires cerró el lunes con una caída de 1.33%; el riesgo país subió 0.70% y el dólar oficial se revalorizó 0.75%, mientras que el dólar ‘blue’, al que se accede en el mercado negro por las restricciones para la compra de divisas en el oficial, bajó cinco pesos.
“Que los mercados entiendan que la Argentina está dispuesta a hacer lo que dijo la ministra: controlar el gasto público, seguir en el camino de la disminución del déficit fiscal paulatinamente para que esto no se convierta en un ajuste que dañe a la gente”, afirmó a la prensa el presidente Alberto Fernández.
Cumplir con el FMI
Más allá del pobre efecto en los mercados, las medidas de Batakis sí van en la senda acordada con el FMI en el programa firmado en marzo pasado, que desde entonces ha sido el principal foco de diferencias en la coalición gubernamental: “Es un acuerdo que firmamos como Estado y tenemos que cumplir”, zanjó la ministra.
Batakis asumió el cargo tras la renuncia de Martín Guzmán, uno de los ministros más cuestionados por la vicepresidenta y líder del kirchnerismo, Cristina Fernández, que le reprochaba el ajuste que conlleva ese convenio, firmado para refinanciar el crédito de US$ 44,000 millones otorgado por el organismo cuando gobernaba el liberal Mauricio Macri (2015-2019).
Según ese acuerdo, el país se compromete a, entre otros objetivos, lograr un déficit primario de 2.5% del Producto Bruto Interno (PBI) en el 2022, de 1.9% en el 2023 y de 0.9% en el 2024; y bajar la inflación -que fue de 50.9% en el 2021-, a un rango de 38% a 48% este año, algo utópico porque solo hasta mayo la acumulada en el 2022 fue de 29.3%.
Por ahora, ninguno de los principales rostros del kirchnerismo se ha pronunciado sobre la hoja de ruta de Batakis, al contrario que la oposición. “Silvina Georgieva”, escribió en Twitter la diputada Myriam Bregman, del Frente de Izquierda, haciendo una mezcla irónica entre el nombre de la ministra y el apellido de la directora gerente del FMI, organismo muy criticado por su formación.
“Después de una semana donde remarcaron los precios con todo, con más pérdida de salarios y jubilaciones, los anuncios de Batakis dicen que el Gobierno continuará lo acordado con el FMI con más ajuste contra el pueblo”, escribió su compañero de partido Nicolás del Caño.
Asimismo, el senador Alfredo Cornejo, de Juntos por el Cambio, principal coalición opositora, a la que pertenece Macri, señaló que los anuncios fueron “vagos y sin precisiones”.
“Nada se dijo de la emisión descontrolada (de pesos). Si no paran de emitir no podrán controlar la inflación ni obtendrán resultados en materia cambiaria”, concluyó.