El presidente argentino, Alberto Fernández, enfrenta una tormenta política y judicial en plena campaña electoral por la fiesta de cumpleaños de la primera dama en la residencia presidencial el año pasado durante las restricciones más duras por la pandemia del COVID-19.
Un fiscal argentino pidió en la víspera (jueves) abrir una investigación contra Fernández por presunta violación de las restricciones sanitarias que el propio mandatario había dictado y que, entre otras medidas, la prohibición de reuniones sociales, bajo amenaza de ser sancionado.
Además del jefe de Estado, el fiscal Ramiro González imputó a la primera dama, Fabiola Yáñez, y a los nueve amigos con los que celebró su cumpleaños.
El escándalo tras la difusión de las fotografías ha impactado en la imagen del presidente y ha sacudido la campaña electoral, a falta de poco más de dos semanas para las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) que definirán los candidatos de los comicios legislativos de noviembre, en los que se renovará la mitad de los escaños del Congreso y un tercio del Senado.
Tras la difusión de las fotografías, el presidente Fernández pidió disculpas y reconoció que la reunión social “no debió haberse hecho”.
A Fernández, profesor universitario de Derecho Penal, se le investiga por la presunta violación del artículo 205 del Código Penal, que prevé una pena de seis meses a dos años de prisión para quien “violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la introducción o propagación de una epidemia”.
La denuncia inicial fue presentada el 28 de julio pasado por dos militantes opositores cuando se difundió el registro de visitas a la residencia presidencial durante la estricta cuarentena que regía en el 2020 y fue ampliada luego de que se filtraran las fotos del cumpleaños de la primera dama el pasado 12 de agosto.
Considera que no hay delito
Fernández, que se presentó ayer espontáneamente ante la Justicia y ofreció una reparación económica, aseguró este viernes que no hubo delito sino un acto de “imprudencia y negligencia”, reiteró que fue un “error” y lamentó que “haya ocurrido”.
En declaraciones a Radio 10, el presidente argentino consideró que no hay delito porque “no hubo contagio”.
Insistió en su propuesta de donar la mitad de su sueldo durante cuatro meses al Instituto Malbrán para reparar “el daño que potencialmente pueda haber causado”.
Fernández dijo esperar que la Justicia evalúe su planteo para poner fin de esta manera a este tema.
Críticas de la oposición
La propuesta de reparación del presidente fue criticada por dirigentes de la oposición que también pretenden llevar a Fernández a juicio político.
El pasado 13 de agosto, un grupo de diputados de Juntos por el Cambio, el principal frente opositor de Argentina, presentó en la Cámara Baja un proyecto de resolución para promover un juicio político contra el mandatario por presunto mal desempeño y por la eventual comisión del delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público en el ejercicio de sus funciones.
Para impulsar un juicio político con fines de destitución, se necesitan dos tercios de los votos en un Parlamento donde el oficialismo es mayoritario.
“El presidente fue lógicamente imputado en la causa de #OlivosGate. Pero su caradurismo no tiene límites. Pretende ser juez y parte y se autodictó sentencia: 4 medio sueldos. Quiere arreglar tanto dolor de los argentinos con 630,000 pesos (unos US$ 6,465). Miserable”, dijo Mario Negri, titular del bloque de diputados de Juntos por el Cambio, a través de Twitter.
Por su parte, Patricia Bullrich, titular de Propuesta Republicana (Pro), el principal partido de oposición en el país, escribió en su cuenta de Twitter: “Imagínense si cada persona que comete un delito decide su propia pena. Presidente, usted es abogado y profesor de Derecho Penal. No es así. No es la pena que usted decida, es la que le corresponde por el delito que cometió”.
Impacto electoral
Argentina se encamina a unas elecciones legislativas en las que el Gobierno de Alberto Fernández pondrá a prueba su nivel de aceptación en medio de una pandemia que ha golpeado fuertemente a Argentina, con 5.1 millones de contagiados y 111,117 muertos por COVID-19, y que ha agravado la crisis económica.
De acuerdo a varias encuestas, el escándalo de la celebración del cumpleaños de la primera dama ha tenido impacto en la imagen del presidente y tendrá cierto nivel de influencia en los votantes.
Según Jorge Daniel Giacobbe, director de la consultora Giacobbe & Asociados, Fernández ha perdido diez puntos de imagen positiva en la provincia de Buenos Aires, y cinco en la capital tras la filtración de las fotografías.