La empresa de análisis S&P Global Market Intelligence situó su proyección de crecimiento económico mundial para el 2022 en 3.2% y consideró que la “resiliencia” del suministro será clave para controlar la inflación y evitar una recesión mundial.
En un informe, los analistas de esta empresa (sin relación directa con la agencia de calificación Standard&Poor’s) señalaron que esa ralentización del crecimiento responde al ajuste en las condiciones financieras, la retirada de estímulos fiscales por la pandemia, el impacto de la inflación sobre los consumidores y negocios y los efectos económicos de la guerra en Ucrania.
“La invasión rusa de Ucrania y el aumento de casos de COVID-19 en la China continental son los últimos en una serie de ‘shocks’ económicos que han interrumpido las cadenas de suministro, alimentado la inflación y ralentizado el crecimiento”, dijo en la nota su jefa economista internacional, Elisabeth Waelbroeck Rocha.
La experta consideró positivo para las economías, no obstante, el fin de las restricciones por la pandemia y dijo que controlar la inflación mientras se mantiene el crecimiento “dependerá de unas políticas monetarias y fiscales vigilantes, una mejora en las condiciones de suministro y un poco de suerte”.
Los analistas creen que mejorarían las condiciones de suministro una mayor participación de la fuerza laboral, la inversión en capacidad productiva y productividad del trabajo, el desbloqueo de los cuellos de botella en el transporte, los acuerdos de libre comercio y la diversificación de las fuentes de suministro.
La estimación de crecimiento global de 3.2% de S&P Global Market Intelligence rebaja un 0.1% su anterior proyección, que en todo caso es más baja que la de 3.6% anunciada recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por regiones, atribuye unas menores previsiones de crecimiento en Estados Unidos (3% en el 2022) a un periodo de enfriamiento por la subida de los tipos de interés, y en la Europa occidental (2.6% en el 2022) a la inflación y la guerra en Ucrania.
Lo que considera la Europa “emergente”, no obstante, se vería abocada a una recesión por la fuerte caída del Producto Bruto Interno (PBI) de Ucrania, de 45.7%, y el de Rusia, de 11.1%, que prevé provoque contracciones económicas en Bielorrusia, Kirguistán y Tayikistán.
Para la China continental proyecta un crecimiento anual de 5.1%, por debajo del objetivo de 5.5% de su Gobierno, sobre todo por los rebrotes de COVID-19 y las restrictivas medidas para controlarlo, pero considera que la región de Asia Pacífico se beneficiará en general de un mayor comercio internacional.