Muchos en Europa también están reconsiderando su postura en torno a China, aunque no fue un tema importante en las elecciones de este año en Francia ni en las de Alemania en el 2021. (Fotos: AFP)
Muchos en Europa también están reconsiderando su postura en torno a China, aunque no fue un tema importante en las elecciones de este año en Francia ni en las de Alemania en el 2021. (Fotos: AFP)

No sólo es la economía. Aunque la inflación y los temores de recesión están en la cabeza de los votantes, hay otro tema que surge en las campañas políticas desde el y Australia hasta y otras partes del mundo: la “amenaza china”.

Los dos finalistas que intentan convertirse en el siguiente primer ministro de Gran Bretaña, Liz Truss y Rishi Sunak, debatieron el mes pasado frente a las cámaras de televisión sobre quién sería el más estricto contra China.

Es un marcado alejamiento de la postura “sinófila” del premier saliente Boris Johnson y parte de una retórica cada vez más dura contra China en muchos países de Occidente y otras democracias, como Japón, que está surgiendo durante las campañas electorales.

Durante años, los países han intentado equilibrar su impulso al comercio y la inversión con la segunda mayor economía mundial y sus preocupaciones en torno al poderío militar, espionaje y antecedentes de derechos humanos en China.

El péndulo se mueve hacia ésto último, como lo pone el rechazo de Estados Unidos, Europa y Japón a las maniobras militares de China luego de que la presidenta de la cámara baja estadounidense Nancy Pelosi visitó Taiwán la semana pasada, así como las crecientes amenazas que emiten las agencias de inteligencia estadounidenses sobre el espionaje y la interferencia de Beijing.

Una delegación de legisladores estadounidenses llegó el domingo a Taiwan para discutir una reducción en las tensiones en el estrecho de Taiwan y la inversión en semiconductores, entre otros temas.

Ese cambio ha convertido a China en el blanco de políticos que buscan votos en momentos en que las encuestas de opinión reflejan que la sensación popular en muchas de las democracias le está dando la espalda a China. Algunos candidatos culpan a China de los problemas económicos en sus países además de significar una amenaza a la seguridad para sus vecinos y el mundo.

China tuvo un papel importante en los comicios australianos en mayo, en los que los conservadores, eventuales perdedores, trataron de proyectar a la oposición como una facción que no estaba dispuesta a enfrentarse a Beijing.

El creciente rival de Estados Unidos en el escenario mundial también se tiene previsto que aparezca en las contiendas legislativas estadounidenses, en particular en los estados industriales de la región centro norte del país, luego de que el expresidente Donald Trump acogió una firme postura contra Beijing.

Muchos en Europa también están reconsiderando su postura en torno a China, aunque no fue un tema importante en las elecciones de este año en Francia ni en las de Alemania en el 2021.