Tanto el ministro de Defensa ruso como el secretario del Consejo de Seguridad dieron a entender que Moscú tendrá que luchar mucho tiempo en Ucrania para alcanzar los objetivos de su intervención.
“Continuaremos con la operación militar especial hasta que se cumplan todos los objetivos, sin importar la enorme ayuda occidental al régimen de Kiev y la presión sin precedentes de las sanciones”, dijo el ministro Sergei Shoimu, en una videoconferencia con homólogos de países de la disuelta Unión Soviética, retransmitida parcialmente por televisión.
Según él, los esfuerzos rusos para evitar víctimas civiles “ralentizan el ritmo de la ofensiva, pero esto es deliberado”.
Anteriormente, en una inusual entrevista al periódico ruso Argoumenty i Fakty, el secretario del Consejo de Seguridad, Nikolai Patrushev, indicó que las operaciones militares durarían el tiempo necesario.
“No estamos cumpliendo los plazos”, destacó, señalando que, no obstante, “se cumplirán los objetivos fijados por el presidente (Vladimir Putin)”. “No puede ser de otra manera, la verdad está de nuestro lado”, añadió.
Los objetivos declarados por el Kremlin son “la desnazificación” de Ucrania y la seguridad de la región de Donbás (este), mayoritariamente de habla rusa, ya que Moscú acusa al poder ucraniano de haber perpetrado allí un presunto genocidio.