El Grupo Aeroméxico está cerca de completar su reestructuración con un plan para reducir su deuda en más de US$ 1,000 millones, pero primero debe superar la oposición de los acreedores menores que dicen que el actual accionista Delta Air Lines, entre otros, se benefician del acuerdo a costa suya.
Después de casi dos años desde que se plegó a la ley de quiebras en Estados Unidos, Aeroméxico SAB de CV presentará su caso a favor del plan ante un tribunal de bancarrotas de Nueva York el 27 de enero.
Aeroméxico, que en junio del 2020 solicitó la protección del Capítulo 11 en Estados Unidos con una deuda de US$ 2,000 millones, dice que ha obtenido los votos necesarios de sus colectivos de acreedores para seguir adelante con el acuerdo, a pesar de las objeciones de algunos grupos.
El plan, que según Aeroméxico resultará en un valor total de la empresa de US$ 5,400 millones y preservará 13,000 empleos, le daría a su principal acreedor, Apollo Global Management, la mayor participación en la empresa.
Pero un comité que representa a los acreedores generales no garantizados, algunos de los cuales podrían recibir solo centavos por cada dólar tras la reestructuración, dice que el plan beneficia injustamente a los que ya integran la empresa.
El comité, que incluye un sindicato de pilotos, Falko Regional Aircraft Limited, Nordic Aviation Capital y el fideicomisario de un grupo de tenedores de bonos, argumenta que el acuerdo debe cumplir con estándares más altos que una operación típica del Capítulo 11 porque hay personas internas involucradas.
Añadió que los resultados de la votación solo muestran una clase de acreedores generales no garantizados que apoyan el plan, porque la compañía usó una “laguna” para estimar ciertas reclamaciones en valores menores que el exigido por los acreedores.
Sin embargo, Aeroméxico dijo que los acreedores podrían haber objetado ese acuerdo antes de que se aprobaran los procedimientos de votación, pero no lo hicieron.
El plan entrega indebidamente a quienes integran la empresa una parte del capital de la entidad reorganizada, dijo el comité. Ese valor, afirma el comité, proviene “principalmente de las recuperaciones” de los acreedores menores.
El comité discrepa con Delta, que era el accionista mayoritario de Aeroméxico y está previsto que salga del acuerdo con una participación del 20%, y cuatro accionistas individuales mexicanos que también son miembros del directorio.
El comité argumentó en documentos judiciales que ni Delta ni las cuatro personas han proporcionado contribuciones adecuadas a la reestructuración a cambio de ese capital.
“Hemos apoyado a Aeroméxico durante todo el proceso del capítulo 11 y nuestra participación propuesta en el plan de reorganización ayudaría a Delta a optimizar nuestra relación a largo plazo con Aeroméxico, brindar beneficios sustanciales a nuestros clientes y asegurar muchos empleos para nuestra gente”, dijo un portavoz de Delta.
El comité afirmó que apoyaría un plan que incluya alguna distribución a quienes integran ya la compañía siempre que ofrezca recuperaciones justas a los acreedores no garantizados.
Los representantes de Aeroméxico y el comité no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Otro grupo de acreedores no garantizados, incluido Invictus Global Management, también presentó documentos instando al juez que supervisa la quiebra a rechazar el plan. También argumentan que el plan de Aeroméxico estaba “dominado por personas que integran la empresa con conflictos de intereses”.
Aunque Invictus se opone al plan, el juez dictaminó recientemente que no podía usar US$ 47,300 millones en reclamos de activos que compró el verano pasado para votar en contra del plan porque los tenedores anteriores de los reclamos ya se habían comprometido a respaldar el acuerdo. Invictus está apelando ese fallo.
Aeroméxico fue una de las tres principales aerolíneas latinoamericanas que se declaró en quiebra en Estados Unidos en el 2020, junto con Avianca SA de Colombia y Latam Airlines Group SA de Chile.