Una votación abrumadora de las Naciones Unidas sobre una resolución que condena la invasión rusa a Ucrania podría aumentar la presión sobre China para que adopte una postura más clara sobre el tema.
El miércoles, en una sesión de emergencia, la Asamblea General de la ONU aprobó por 141 votos a favor y 5 en contra la medida que insta a Rusia a detener de inmediato su “agresión”. A Rusia solo se le unió Bielorrusia –un punto clave de lanzamiento para su invasión–, Eritrea, Corea del Norte y Siria en oposición a la resolución no vinculante.
La votación puso de relieve los continuos esfuerzos de China para evitar adoptar una postura clara contra la acción militar de su cercano socio diplomático, a pesar de la frecuente defensa de Pekín de los derechos de soberanía garantizados por la ONU.
El país, uno de los cinco miembros con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, estuvo entre los 35 estados que se abstuvieron en la votación.
El representante permanente de China ante la ONU, Zhang Jun, dijo que la resolución “no había sido objeto de consultas completas entre todos los miembros, ni tomó en consideración la historia y la complejidad de la crisis actual”, según el medio oficial Xinhua News Agency.
“No están en línea con las posturas de China. Por lo tanto, China no tuvo más remedio que abstenerse”, dijo Zhang.
La guerra está poniendo a prueba el compromiso que hizo el mes pasado el presidente chino, Xi Jinping, de una relación “sin límites” con Putin, mientras Estados Unidos y sus aliados suman sanciones y presionan a Pekín para que tome una postura contra la agresión militar.
En los últimos días, Xi instó a Putin a continuar con las negociaciones y China además se abstuvo de aprobar una resolución vinculante del Consejo de Seguridad de la ONU que condena el ataque.
“La abrumadora condena de 141 Estados en oposición a Rusia, socio estratégico de China, es una señal clara para China de que otros Estados están observando cómo un Estado líder como China responde al flagrante abuso de la soberanía ucraniana”, dijo Courtney Fung, profesora asociada de la Universidad de Macquarie y miembro asociada de Chatham House. “El discurso sobre una ‘mentalidad de la Guerra Fría’ es una cosa, pero tolerar la invasión es otra”.
Si bien, esta semana, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, calificó el conflicto como una “guerra” e instó a la protección de los civiles en una llamada con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, China se ha abstenido de llamar públicamente a un cese al fuego o de utilizar el término “invasión”. China no ha criticado a Rusia y continúa expresando apoyo a sus preocupaciones de seguridad y culpando a Estados Unidos por precipitar la crisis.