ALERTA DE SPOILERS. Con más tensión, drama y sorpresas, la segunda temporada de “El juego del calamar” ha conquistado a audiencias globales desde su llegada a Netflix. Después de su éxito mundial en la primera entrega, la serie retoma la historia con nuevos giros, manteniendo los juegos mortales como eje central, pero con un enfoque más detallado en los personajes y sus orígenes. Uno de los aspectos más comentados ha sido el regreso de Hwang In-ho, conocido como el Líder, cuyo desarrollo trágico y su camino hacia convertirse en la figura dominante del concurso han generado gran interés.
En esta nueva temporada, In-ho, interpretado por Lee Byung-hun, se presenta con un pasado complejo que lo llevó a participar en los Juegos del Calamar. La serie no solo sigue explorando la historia de Gi-hun, quien regresa como el Jugador 456 en busca de venganza, sino que también profundiza en la vida del enigmático Líder, revelando su vínculo con el creador del juego, Oh Il-nam, y su ambigua moralidad. Sin embargo, entender cómo se convirtió en el cabecilla no es solo conocer los giros de la trama, sino comprender el doloroso pasado que lo moldeó.
EL PASADO DE HWANG IN-HO
Antes de convertirse en el líder que controla los Juegos del Calamar, Hwang In-ho fue un oficial de policía en Corea del Sur, al igual que su hermano menor, Hwang Jun-ho. Sin embargo, su vida dio un giro trágico cuando su esposa, diagnosticada con cirrosis hepática, necesitaba un trasplante de hígado urgente. Su situación económica no era suficiente para cubrir los costosos tratamientos médicos, y en su desesperación, comenzó a aceptar sobornos de quienes ofrecían dinero a cambio de favores. Este acto de corrupción no solo le costó su carrera, sino que también lo arrastró a una espiral de deuda y desesperación, ya que la salud de su amada empeoraba.
Lo que podría haber sido un acto de desesperación por salvar la vida de su ser querido se convirtió en una caída en desgracia, pues cuando sus superiores descubrieron su implicación en los sobornos, lo despidieron y lo convirtieron en un hombre sin futuro, sin opciones ni dinero. En su diálogo con Gi-hun en la segunda temporada, se revela que su querida mujer no solo estaba enferma, sino que también estaba embarazada en el momento de su muerte, lo que añade una capa aún más trágica a su historia. Esta situación es clave para entender la frialdad con la que se convierte en el líder del juego: el dolor y la pérdida lo empujaron a un lugar oscuro, donde las reglas morales y la justicia ya no tenían el mismo valor.
DE CONCURSANTE A LÍDER
In-ho no fue siempre el Líder de la competencia. De hecho, participó en los 28º Juegos del Calamar como el Jugador 132 en 2015. Durante esa edición, como muchos otros concursantes, se encontraba en una situación de extrema necesidad económica, similar a la de Gi-hun, el protagonista de la serie. El dinero prometido por los juegos le ofrecía una salida, pero en su caso, incluso ganar no significaba alcanzar la felicidad ni la redención. En lugar de escapar con su premio, decidió tomar una ruta completamente diferente.
Tras vencer en los juegos, no se conformó con el dinero. A diferencia de los otros ganadores, quienes buscan una vida de lujo, él se acercó a Oh Il-nam, el creador de todo, quien estaba al borde de la muerte debido a un tumor cerebral. En este momento, In-ho se ve atraído no solo por la riqueza que los juegos pueden ofrecer, sino por un propósito, por una forma de recuperar el control sobre su vida. Decidió unirse a él y, al hacerlo, se convirtió en supervisor, asumiendo un papel de liderazgo en lugar de disfrutar de su victoria.
Este giro en su vida demuestra cómo el dinero no fue lo único que motivó a In-ho; su necesidad de poder y control sobre su destino era más fuerte que cualquier premio. O quizá encontrar un nuevo propósito para su vida, ahora que no tiene esposa y no puede retomar su carrera de policía.
LA RELACIÓN CON OH IL-NAM Y EL ASCENSO AL PODER
La transición de In-ho de concursante a líder no fue un accidente. A lo largo de la segunda temporada, se revela que In-ho se ganó la confianza de Il-nam debido a su capacidad para mantener el orden y la disciplina. Aunque podría haber expuesto la verdad sobre los juegos a las autoridades y restaurado su posición en la policía, optó por seguir adelante en lugar de buscar venganza o justicia. Esto refleja su cambio de perspectiva: para él, el juego ya no se trataba solo de sobrevivir, sino de encontrar un propósito más grande, incluso si eso significaba mantener las oscuras reglas.
Esta decisión es clave para entender su carácter en la serie. In-ho representa lo que Gi-hun podría haberse convertido si hubiera tomado un camino distinto, uno donde la desilusión y la falta de fe en el sistema lo llevaron a elegir el poder por encima de la justicia. De hecho, ambos personajes son los dos extremos de una misma moneda: la tragedia y el sufrimiento les brindaron oportunidades diferentes, pero ambos se enfrentan a un destino que los lleva a ser jugadores dentro de un sistema injusto.
EL LÍDER DETRÁS DE LA MÁSCARA
En la temporada 2, cuando In-ho toma el rol de Jugador 001, su verdadera identidad sigue siendo un misterio para los otros participantes, aunque los espectadores ya conocemos su papel como el Líder. Esto le permite estar varios pasos adelante, manipulando los eventos desde las sombras. El personaje es un ejemplo de cómo el poder y la influencia pueden moldear a una persona hasta el punto de que, incluso tras haber perdido todo, se convierte en la figura de autoridad en un mundo gobernado por la desesperación.
Lo que es interesante es que, a pesar de ser el responsable de las muertes dentro del juego, no parece disfrutar de su poder de la misma manera que los demás. Su frialdad no es solo un reflejo de su carácter, sino de su historia: alguien que ha perdido tanto en la vida que su única forma de afrontarlo es a través de la dominación de otros, creyendo que el control sobre los demás es lo único que le da propósito.
¿QUÉ SE ESPERA DE IN-HO EN LA TEMPORADA 3?
Tras los impactantes eventos de la temporada 2, en los que In-ho juega un papel crucial en el destino de Gi-hun y otros participantes, el futuro del Líder se presenta incierto. Aunque su identidad ha sido revelada en la trama, su destino no está sellado, por más que los concursantes le creen muerto. En este punto, es evidente que tiene una visión del mundo distorsionada, donde el sufrimiento y la deuda no pueden saldarse nunca, como se ve en su conversación con el protagonista. Esto deja abierta la posibilidad de que, en la próxima temporada, busque romper completamente a Gi-hun, utilizando el juego para manipularlo aún más.
Es probable que, en la temporada 3, In-ho se convierta en una figura aún más sombría, a medida que se enfrente a nuevos desafíos, tanto externos como internos. Su obsesión por el control, la justicia distorsionada y el poder podrían llevarlo a nuevas alturas dentro del juego, pero quizás también lo lleven a enfrentarse finalmente con los demonios de su propio pasado.