A pesar de transcurrir más de un siglo desde el hundimiento del famoso Titanic, este sigue cobrando vidas y manteniendo su enigma intacto. A pesar de las numerosas investigaciones y exploraciones llevadas a cabo, persisten innumerables incógnitas sin resolver acerca de aquel trágico naufragio, entre las que se destaca el misterio sin resolver sobre la desaparición de los cuerpos.
El casco del Titanic se encuentra a 3.800 metros de profundidad en medio del océano y eso hace que el acceso sea difícil. Además, esto ha entorpecido muchas de las exploraciones e investigaciones que han buscado realizarse.
La embarcación trasatlántica se hundió en 1912, pero la primera exploración para visualizar sus restos no tuvo lugar hasta 1985, gracias al trabajo conjunto de la compañía estadounidense Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI) y la compañía francesa de búsqueda submarina IFREMER.
Fue entonces que se toparon con la sorpresa de que, en los alrededores del casco, no habían restos de las más de 1.160 personas que perecieron en las profundidades del océano junto al Titanic. Ni siquiera sus huesos.
El motivo de este acontecimiento ha tratado de ser explicado por diversos expertos, que han resumido las teorías en dos y a continuación se las explicaremos.
¿QUÉ PASÓ CON LOS RESTOS HUMANOS DEL TITANIC?
La corrosión a lo largo de los años
Como mencionamos anteriormente, debido a la falta de tecnología de inicios del siglo XX, las autoridades del momento no pudieron sumergirse hasta tales profundidades para recuperar los cadáveres y entregarlos a sus familiares.
Tuvieron que pasar alrededor de 73 años para que un sumergible especial pueda adentrarse al fondo del océano y tomar las primeras imágenes de los restos del Titanic.
Por ello, una de las principales teorías indica que los elementos corrosivos del ambiente, como el agua salada, y la extrema presión han podido destruir por completo los restos humanos. Sobre todo considerando que el propio barco tiene indicios de desintegración.
La fauna marina
La segunda explicación tiene que ver con la fauna marina que se encuentra en dichas profundidades, pues se sabe que existe una alta actividad animal (aunque sean especies menos conocidas), así como bacterias nunca antes vistas.
Estas podrían haberse alimentado de los cuerpos humanos al ingerir la piel y otros tejidos.
No obstante, no se descarta que dentro del navío, todavía haya algunos restos humanos como estructuras óseas.