Investigadores de la Universidad de Southampton han propuesto que algunas especies de plantas silvestres poseen ciertos atributos que las hacen más adecuadas para el cultivo humano que otras. Los científicos, que investigan los orígenes de las plantas domesticadas, dicen que comprender estos rasgos genéticos y morfológicos clave puede proporcionar pistas importantes sobre cómo desarrollar futuros cultivos adaptados al cambio climático.
Sugieren que observar las plantas no domesticadas o infrautilizadas existentes en la actualidad podría ayudar a enfrentar los desafíos futuros de desarrollar variedades que resistan el aumento de las temperaturas globales y el clima impredecible.
Las plantas domesticadas son aquellas que se han adaptado de la naturaleza para el uso humano, a menudo a lo largo de miles de años. Hace unos 12.000 años, las sociedades de cazadores-recolectores comenzaron a cultivar una amplia gama de especies como fuentes más confiables de alimentos. Al cultivar repetidamente semillas de sus mejores plantas cada temporada, los humanos produjeron lentamente cultivos más robustos con mejores rendimientos, pero solo algunas de las especies silvestres fueron domesticadas y otras fueron abandonadas.
Los investigadores responsables de este nuevo estudio, publicado en la revista Trends in Ecology & Evolution, afirman que algunas especies silvestres poseen propiedades útiles y ocultas que las “prepararon” para la domesticación. Su investigación analiza una gran cantidad de literatura y evidencias anteriores para examinar por qué solo una minoría de estas plantas silvestres fueron domesticadas y cómo las variedades cultivadas modernas difieren a nivel genético de sus ancestros y “primos” silvestres actuales.
El autor principal del estudio, el profesor Mark Chapman de la Universidad de Southampton, explica: “Decenas de miles de especies de plantas son comestibles, pero solo unos pocos cientos han sido domesticadas y solo 15 especies proporcionan el 90% de nuestras calorías.
“Los humanos recolectaron cientos de plantas silvestres durante el período Neolítico, pero luego las abandonaron como fuentes de alimento. Hemos explorado qué rasgos genéticos o físicos facilitaron o limitaron la domesticación de especies silvestres”.
El equipo, que también incluye científicos de las universidades de Oxford, Sheffield y el Real Jardín Botánico de Kew, identificó tres factores principales que influyen en las plantas para el cultivo humano:
- Plasticidad: cómo se adapta una planta a su entorno. Las plantas que se adaptan rápidamente y fácilmente y que tienen rasgos que favorecían a los humanos tienen más probabilidades de haber sido útiles para el cultivo humano.
- Constitución genética: cuanto más simple, mejor. Si un pequeño número de genes influye en los rasgos de los que los humanos podrían beneficiarse, entonces la evolución de la morfología del cultivo se logra más fácilmente.
- Tasa de mutación: cuanto más rápida, más posibilidades de cambio. Si una planta muta rápidamente, el proceso de ensayo y error para generar semillas más grandes o frutos más sabrosos llevará menos tiempo.
Los investigadores dicen que comprender los factores complejos e interrelacionados que llevan a que ciertas especies de plantas dominen en los cultivos domesticados puede ayudarnos a entender qué cultivos silvestres pueden adaptarse con éxito a las condiciones futuras causadas por el cambio climático.
“Cuando las plantas fueron domesticadas por primera vez hace miles de años, los humanos solo conocían el clima y las condiciones meteorológicas a las que se enfrentarían en ese momento actual”, explica el profesor Chapman. “Ahora, utilizando sofisticados modelos climáticos, podemos predecir cómo se calentará nuestro mundo y cómo cambiará nuestro clima en las próximas décadas. Esto nos da la oportunidad de pensar en las formas en que nuestros cultivos deberán ser resistentes en el futuro”.
Los científicos concluyen que las plantas silvestres actuales, los cultivos infrautilizados en las comunidades locales o las especies parcialmente domesticadas pueden tener características clave y útiles que se pueden controlar mediante la selección y el mejoramiento de precisión. Esperan que su estudio ayude a informar el trabajo futuro para adaptar las especies con el objetivo de mejorar nuestra seguridad alimentaria en un clima mundial que cambia rápidamente.