Algunas frases pueden hacerte parecer menos inteligente de lo que realmente eres. (Pexels)
Algunas frases pueden hacerte parecer menos inteligente de lo que realmente eres. (Pexels)

En la comunicación diaria, no solo importa lo que decimos, sino cómo lo decimos. A veces, frases aparentemente inofensivas pueden hacer que parezcamos menos inteligentes de lo que realmente somos. La psicología respalda esta idea: nuestras elecciones de palabras influyen en cómo los demás nos perciben. Si queremos dejar una impresión duradera y transmitir nuestra inteligencia de manera efectiva, es crucial ser conscientes de nuestras palabras. Hoy en Gestión Mix te revelaré 10 frases que pueden hacer que parezcas menos inteligente y cómo puedes evitarlas para mejorar tu comunicación.

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Frases que te hacen sonar menos inteligente

Nuestras palabras tienen un impacto significativo en cómo nos perciben los demás. Evitar frases que disminuyen nuestra percepción de inteligencia y utilizar un lenguaje claro y seguro puede hacer una gran diferencia en nuestras interacciones. A medida que trabajamos en mejorar nuestra comunicación, no solo nos presentaremos de manera más inteligente, sino que también seremos más efectivos en transmitir nuestras ideas y opiniones.

1. “Como, eh…”

Es común usar palabras de relleno como “como” y “eh” en nuestras conversaciones. Sin embargo, si te encuentras diciendo estas palabras en exceso, pueden transmitir inseguridad o nerviosismo. Este uso frecuente puede hacer que parezcas que no estás seguro de lo que estás hablando o que estás buscando las palabras adecuadas.

¿Qué hacer en su lugar? Tómate un momento para respirar y organizar tus pensamientos antes de hablar. Expresa tus ideas con claridad y confianza. Esto no solo te hará sonar más seguro, sino que también ganará el respeto de tus interlocutores.

2. “No soy un genio, pero…”

A veces, comenzamos una idea con frases como “No soy un genio, pero…” cuando no estamos completamente seguros de lo que vamos a decir. Este tipo de introducción puede disminuir el impacto de tu idea al dar la impresión de que no crees en ella.

Alternativa recomendada: En lugar de restarle importancia a tus ideas, considera comenzar con frases como “Aquí hay una idea…” o “¿Qué tal si intentamos…?”. De este modo, presentas tu propuesta sin desmerecerla desde el principio.

3. “Literalmente morí…”

Usamos a menudo un lenguaje dramático para hacer nuestras historias más emocionantes. Por ejemplo, podrías decir “Literalmente morí cuando llegamos al loop del rollercoaster” para añadir entusiasmo. Aunque esto puede hacer la historia más entretenida, el uso excesivo de estas exageraciones puede hacerte parecer que estás tratando demasiado de impresionar.

Consejo: Mantén tus relatos más cercanos a la realidad. Contar las cosas de manera auténtica no solo es más creíble, sino que también puede hacer que tus historias sean más interesantes.

4. “Honestamente, sinceramente…”

Las palabras como “honestamente”, “sinceramente” o “francamente” son frecuentemente utilizadas para enfatizar nuestra sinceridad. No obstante, el uso excesivo de estos términos puede generar desconfianza, ya que las personas pueden empezar a cuestionar la veracidad del resto de tus palabras.

En su lugar: En lugar de insistir en tu sinceridad, deja que tus acciones respalden tus palabras. La consistencia y la autenticidad en tu comunicación serán más efectivas para ganar la confianza de los demás.

5. “Solo…”

El término “solo” es a menudo usado para minimizar nuestras habilidades o ideas, como en “Solo soy un estudiante” o “Es solo una idea”. Esta palabra puede hacer que lo que estás diciendo parezca menos significativo.

Recomendación: En lugar de menospreciar tus contribuciones, reconoce tu valor. Todos comenzamos en algún punto y cada cambio importante empieza con una sola persona. No te subestimes; eres único y valioso.

6. “Odio decir esto, pero…”

Esta frase se usa para suavizar el impacto de un comentario que podría ser incómodo o crítico. Sin embargo, iniciar una oración de esta manera puede hacer que parezcas inseguro sobre tu opinión.

Alternativa: Expresa tus pensamientos de manera directa pero respetuosa. En lugar de “Odio decir esto, pero…”, podrías decir “Entiendo tu punto de vista, pero tengo una perspectiva diferente”. Esto permite que tu opinión se escuche sin parecer que estás pidiendo disculpas por ella.

7. “Sin ánimo de ofender, pero…”

La frase “Sin ánimo de ofender, pero…” a menudo precede a comentarios que podrían ser percibidos como ofensivos. Si necesitas usar esta frase, puede ser una señal de que deberías reconsiderar lo que estás a punto de decir.

En su lugar: Sé honesto y abierto de manera respetuosa. Si tienes una crítica o una opinión diferente, compártela de manera constructiva. La forma en que comunicas tu mensaje es tan importante como el mensaje en sí.

8. “Podría estar equivocado, pero…”

Comenzar una oración con “Podría estar equivocado, pero…” puede hacer que tu declaración parezca menos creíble. Este tipo de introducción suele ser usado para expresar incertidumbre, pero puede debilitar tu argumento.

Sugerencia: Si no estás completamente seguro de algo, está bien reconocerlo. Sin embargo, en lugar de predecir un posible error, intenta presentar tu perspectiva de manera abierta. Por ejemplo, podrías decir “Aquí hay otra perspectiva para considerar…” o “Otra forma de verlo podría ser…”.

9. “Es algo así…”

El uso de frases vagas como “Es algo así” puede hacer que parezcas indeciso o poco claro. Este tipo de lenguaje a menudo refleja una falta de confianza en tu propia opinión.

Consejo: Comunica tus ideas de manera más directa y precisa. En lugar de decir “Es algo así”, exprésate claramente con “Es” o “Estoy”. La comunicación directa no solo mejora la comprensión, sino que también muestra confianza en tus pensamientos.

10. “¿Sabes a lo que me refiero?”

Esta frase se usa para confirmar si el oyente ha entendido lo que has dicho. Si la usas constantemente, puede indicar que no estás seguro de tu capacidad para comunicarte claramente.

Alternativa recomendada: Trabaja en organizar tus pensamientos y elegir tus palabras cuidadosamente. En lugar de depender de “¿Sabes a lo que me refiero?”, enfócate en expresar tus ideas de manera clara y concisa desde el principio.

SOBRE EL AUTOR

Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.