Propuestas para repensar la educación

OPINIÓNPablo de la FlorEx viceministro de Comercio Exterior

El ritmo vertiginoso de la innovación tecnológica en curso hará que en una década buena parte de las habilidades enseñadas en las escuelas resulten obsoletas. De allí la enorme importancia de preparar a nuestros jóvenes para enfrentar exitosamente los cambios aún más acelerados que se vienen. Y la mejor manera de hacerlo es precisamente enseñándoles cómo aprender el resto de sus vidas. Otro flanco crítico para la adaptación exitosa a ese entorno cambiante guarda relación con el apuntalamiento de las mal llamadas habilidades blandas, aquellas que ya hoy resultan fundamentales para una incorporación exitosa al mercado laboral. La capacidad de trabajo grupal, la motivación, disciplina, autonomía y resiliencia son rasgos que irán adquiriendo mayor relevancia. Lo mismo es cierto de la creatividad.Por eso, no basta con introducir cambios progresivos e incrementales a nuestros colegios para corregir lo que no funciona. Por el contrario, esta crisis (no hay otra forma de calificar el estado de situación de la educación en el país) nos presenta la enorme posibilidad de ser más ambiciosos y repensar el sistema educativo en su conjunto. La disponibilidad de nuevas tecnologías nos abre oportunidades que hace apenas algunos años no podíamos vislumbrar. Una forma de implementar esos cambios transformacionales es invirtiendo el sentido de la instrucción en los colegios, para introducir las "clases al revés". En ese nuevo formato, la instrucción básica se da en las casas o en cualquier otro espacio (puede ser el mismo colegio), con los estudiantes atendiendo a su ritmo los contenidos impartidos a través de sesiones grabadas u hospedadas en servidores. Hay muchos proveedores que ya han colgado buena parte de esos contenidos en la Web (el más popular de ellos es Khan Academy). Generalmente, se trata de sesiones cortas que explican los conceptos básicos de manera muy didáctica. El estudiante que no logre asimilar los contenidos puede volver a repetir la clase cuantas veces lo necesite. Además, se incluyen ejercicios que los estudiantes pueden resolver. Una vez que se alcanzan las competencias requeridas, se pasa al siguiente módulo. El sistema funciona especialmente bien para la enseñanza de las ciencias, particularmente de las matemáticas, donde se da una progresión modular de conceptos crecientemente complejos.Contrariamente a lo que ocurre con el modelo tradicional, el tiempo en la clase es usado para realizar proyectos conjuntos y resolver ejercicios con mayor dedicación de tiempo del profesor a cada uno de los estudiantes. Es decir, las tareas se realizan en clase y la instrucción ocurre fuera de ella (de allí el término "clase al revés").Este esquema le asigna un papel diferente al maestro, el de facilitador, y lo libera para acompañar de manera más intensa a los estudiantes en sus procesos de aprendizaje personal.Ciertamente, la adopción del modelo impone algunas exigencias importantes en materia de recursos tecnológicos, pero se trata de desafíos absolutamente abordables con soluciones adaptadas a nuestras propias carencias y necesidades. Si quisiéramos ser más ambiciosos, podríamos pensar en desarrollar nuestros propios contenidos, como otros países ya vienen haciendo.