FOTOGALERÍA. Como explica Elena Lucas, orientadora laboral, “un líder es una persona que consigue influir en los demás y alinear las necesidades de la empresa con las de los empleados”. En otras palabras, el liderazgo es el aglutinante de talentos en el camino hacia los objetivos comunes, según el portal universia.
La capacidad de liderazgo, una de las características más solicitadas en el mercado laboral actual según el Foro Económico Mundial, es un conjunto de cualidades que deben adaptarse a los tiempos que cambian. Lo que no cambia, sin embargo, es que un liderazgo eficiente debe estar centrado en las personas.
El psicólogo estadounidense Daniel Goleman, uno de los padres del concepto de inteligencia emocional, define el liderazgo como la capacidad de motivar e inspirar a las personas para que den lo mejor de sí. El líder sabe suscitar y alimentar la pasión por una determinada actividad para obtener los mejores resultados para la empresa y la gratificación personal. Goleman señala, además, que el liderazgo es ante todo autoconciencia.
Las características de un líder
La imagen del héroe-líder omnipotente ya no es adecuada en el contexto actual en el que, por el contrario, se prefiere la figura del mentor o coach, con quien es posible confrontarse, relacionarse y recibir feedback y gratificación. El líder hoy no tiene que encontrar respuestas y soluciones a los problemas que surgen en el trabajo por sí solo, sino que debe involucrar a sus equipos, escuchar y abrirse a los puntos de vista que puedan surgir ‘desde abajo’, buscando el bien de toda la organización y de quienes la componen.
De manera más general, podríamos mencionar el carisma, la competencia, la credibilidad, la empatía, la compasión, la capacidad de decidir rápidamente y de implicarse, comunicar como las características fundamentales del liderazgo. Otras cualidades son la agilidad y la resiliencia: en un contexto en constante cambio y evolución como el actual, el líder debe saber adaptarse a las circunstancias, desplegar un número cada vez mayor de cualidades personales (soft skills) y adoptar diferentes estilos de liderazgo. Por esta razón, el aprendizaje continuo es la clave del éxito.
Diferentes estilos de liderazgo
Goleman ha identificado seis estilos de liderazgo diferentes, cada uno de los cuales responde a necesidades particulares. Idealmente, el líder debería ser capaz de adaptar su estilo según el contexto en el que actúa, los momentos y los objetivos a alcanzar.
1. Visionario, basado en la capacidad de tener una visión e infundir pasión a todo el equipo.
2. Democrático, basado en la participación del equipo en las decisiones.
3. Coach, el líder que sabe sacar el máximo partido de cada talento.
4. Armonizador, un verdadero pegamento para los equipos.
5. Exigente, centrado solo en objetivos, poco empático.
6. Autoritario, hace cumplir los objetivos sin tener en cuenta la participación emocional.
Los dos últimos estilos tienen varias contraindicaciones y responden a las necesidades de los momentos de crisis o emergencia.
Liderazgo humano
Hay otro ejemplo de liderazgo que se está afirmando: el basado en los valores de la humanidad y la gentileza, un liderazgo de empoderamiento de las personas fundado en las habilidades blandas, que habrá que combinar con las habilidades duras que ya poseen las empresas.
De hecho, los tiempos cambian, y la descentralización de las decisiones es un pasaje del yo al nosotros necesario, en el que el líder pasa del ‘mando y control’ -enfocado a la mera consecución de resultados- a un modelo de liderazgo atento a la relación, la confianza y el respeto por el talento de cada persona. Sin, por supuesto, perder de vista la consecución de los objetivos. En este sentido, Simon Sinek, conocido ensayista, motivador y consultor de marketing, habló del liderazgo ‘humano’.
Líderes formales e informales
Dentro de las empresas, no necesariamente hay un solo líder y se puede hacer una distinción adicional entre líderes formales e informales. El líder formal es aquel que tiene o se le asigna un rol gerencial reconocido. Este tipo de líder es responsable de las personas que trabajan para él y puede ejercer su autoridad sobre ellas. Su influencia proviene ante todo del cargo. Son figuras útiles para mantener la disciplina, cumplir los plazos y organizar el trabajo de todo el equipo.
El líder informal, por el contrario, es alguien con una personalidad fuerte y que viene reconocido por el grupo como su guía. Esta persona no tiene autoridad formal sobre el resto del equipo, pero se toma como ejemplo y, a menudo, los demás tienden a seguir sus instrucciones de forma independiente.
Es interesante notar que el concepto de liderazgo hoy en día se asocia mucho más al de un líder informal, cuyas características son una fuerte inteligencia emocional, carisma, empatía y la capacidad de crear relaciones de confianza con las personas. Estos son los rasgos que deben tener los líderes para ser apreciados y respetados.
De hecho, el liderazgo ya no se entiende únicamente como un ejercicio de poder y fuerza, características que hoy se atribuyen al jefe o gerente. Las empresas necesitan una figura más completa, es decir, capaz de gestionar el negocio pero también de motivar a las personas y alinearlas con los objetivos comunes.
En este sentido, se ha impuesto la expresión de Coaching Liderazgo, que ve la conjunción de dos conceptos. En el liderazgo encontramos la idea de visión, mientras que en el coaching encontramos el plan de acción para llegar al resultado concreto. El elemento que une ambos conceptos es la relación, entendida como la capacidad de relacionarse con las personas y adaptarse a las situaciones para orientarlas con eficacia. Este estilo de liderazgo es particularmente útil en el mundo empresarial actual, que tiende a configurarse según estructuras más amplias y líquidas.
Vivimos en un nuevo entorno en el que la antigua cultura corporativa cambia para dar paso a algo nuevo y más ágil. Por eso, se necesitan líderes que sepan adaptar su comportamiento a las transformaciones.