1 / 6 1. No eres tu propio jefe. Yo quería ser mi propia jefa, igual que millones de emprendedores. Lo que aprendí demasiado pronto es que los grandes emprendedores nunca son los jefes, más allá del título (y eso a veces). En mi empresa hay 300 vendedores y miembros del staff… y todos son jefes. (Foto: iStock)
2 / 6 2. No serás la persona mejor pagada. Muchos emprendedores nuevos tienen visiones grandiosas de ganar muchísimo dinero. Puede que algunos lo logren, pero para la mayoría, esto tardará años, incluso décadas en pasar. Para construir un gran imperio necesitas tener al mejor equipo de ventas y al mejor equipo en todo, y esto requerirá de inversión. (Foto: iStock)
3 / 6 3. El balance entre la vida personal y el trabajo es imposible. Durante las etapas de construcción de un negocio es inútil buscar el equilibrio entre tu vida personal y el trabajo. Tu trabajo será tu vida. Cuando estés en casa, arreglando el jardín, o en el partido de fútbol de tu hijo o preparándote para salir por la noche, estarás pensando en tu negocio. (Foto: iStock.)
4 / 6 4. Tener un equipo de respaldo es sumamente esencial. Una gran empresa tiene un gran sistema de respaldo, incluyendo equipo directivo, administrativo, de producción, de manufactura y extras. Es la compañía oficial. Un gran emprendedor también tiene un gran sistema de respaldo fuera de la oficina, puede que sea una pareja, hijos o amigos. (Foto: iStock)
5 / 6 5. Habrá personas a las que no les caigas bien. Para mí, la lección más difícil fue esta: Entre más grande sea el emporio, más enemigos tienes. Para muchos emprendedores, entender esto es duro. Esto no quiere decir que no tendrás legiones de fans, porque claro que los tendrás. Pero siempre habrá personas a las que no les guste la forma en la que haces las cosas, o las decisiones que tomes o la dirección en la que vayas. (Foto: iStock)
6 / 6 6. La percepción importa. Incluso cuando tu negocio no esté en su mejor momento, aparenta como que sí. La percepción importa. De hecho, la percepción importa más que la realidad. Hace seis meses, modifiqué mi marca. Fue lo más difícil de toda mi carrera. Perdí a un cuarto de mi fuerza de ventas porque no creían en mi nueva marca. (Foto: iStock)

